Hoy quiero compartir una serie de reflexiones sobre cómo hemos evolucionado de la culpa a la moda del vehículo eléctrico. Recuerdo cuando era pequeño y mis padres me castigaban por algo que había hecho, o que creían que había hecho. Yo no rechistaba. Tanto si era culpa mía, como si no, sabía que no iba a ganar nada con la queja. Creo que en ese momento, fue cuando comencé a ser consciente de que los hechos que vivimos no son buenos ni malos. Son neutrales. Nosotros somos quienes valoramos dichos sucesos y determinamos cómo será el instante siguiente. De nada sirve lastimarse por lo que ya ha sucedido. El pasado no se puede cambiar. Donde sí podemos actuar es en nuestro presente, que determinará el futuro. Incluso si cambias un pensamiento, puedes transformar la percepción del pasado. Aunque esto último no es inmediato, requiere de una dosis de análisis y autoevaluación.
Es muy llamativo que una misma realidad es valorada como buena por unos y como mala por otros. De esta forma, unos se alegran porque un partido gane. Sin embargo, otros no viven ese mismo hecho de igual modo. Y esto puede aplicarse a los partidos de fútbol, pero también a los políticos.
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Cuestionarse la información que nos llega
Resulta básico ser escéptico y cuestionarse la información sobre “la moda del vehículo eléctrico” que nos llega, sin juicios. Valorar los hechos de forma neutra. Es incluso posible que una situación como un despido, que ayer pudo ser juzgada negativamente, hoy sea agradecida por llevarnos a vivir una nueva y enriquecedora oportunidad laboral. Aquí es cuando te das cuenta que juzgar es un hecho meramente propio del ser humano.
Hay que diferenciar entre ser escéptico y arrogante:
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Escéptico: Duda de la verdad, pero escucha la opinión del otro.
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Arrogante: Soberbia, mira con desprecio a los demás. No escucha otras opiniones diferentes.
Cuando hablas con alguien de movilidad eléctrica, ¿cómo se comporta? ¿Es escéptico o arrogante?
El por qué
El por qué de estos juicios pueden tener muchas explicaciones y casi todas ellas nos llevarán a causas ajenas a nosotros. Y escuchas afirmaciones del tipo: “La situación que vive el país es por culpa de los políticos“, “Esto sucede porque los empresarios son unos explotadores“, “Eso es por culpa de los inmigrantes que vienen a robar“, “La ley está hecha para los roba gallinas“. Incluso hay quienes se atreven a dar recetas para solucionar la situación del país.
En definitiva, se busca la culpa de alguien o algo. Pensamos que si cambia algo de fuera, nuestra vida será diferente. Y entonces, pretendemos que las cosas sean de otro modo diferente al que son, así creemos evitar el sufrimiento. Pero no podemos controlar todo lo que acontece en nuestras vidas, siempre cabrá la posibilidad de que surjan situaciones dolorosas que estén fuera de nuestro alcance. Entonces, ¿merece la pena poner nuestra energía en juzgar lo externo y controlarlo todo?
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es una elección. Entonces, ¿por qué eliges sufrir?
El para qué
No obstante, si observamos el para qué de estos juicios encontraremos casi siempre una misma respuesta: buscamos control para así tener seguridad. Y todo, porque creemos que esto nos traerá felicidad. Vivimos en una sociedad que busca el bien tener, que no hemos de confundir con el bien estar. Asumimos que poseer un trabajo estable o una vivienda nos dará la seguridad con la que hallaremos la felicidad. Nada más lejos de la realidad. El Euribor puede subir, mi empresa quebrar, el Estado no tener dinero suficiente como para pagar mi pensión… Hay tantos factores lejos de nuestro alcance, que es absurdo pretender tener todo bajo control. Aún así, muchos creemos que tener: Netflix, una TV más grande, cámaras en casa, un sensor de acceso en la puerta, un Alexa, unas cortinas inteligentes, una casa en la playa… cambiará nuestras vidas porque serán más seguras o porque tendremos más cosas. O también, porque nos darán esa sensación de ebriedad con la que acallaremos todos nuestros temores internos. Y así continuamos buscando llenar esa falta de felicidad, seguridad y control en nuestras vidas con útiles completamente innecesarios.
El bien estar es algo que siempre ha buscado el ser humano. Es un concepto asociado a la paz y felicidad. Pero que en muchas ocasiones, debido a esta sociedad materialista, nos evoca a la queja y a un consumismo desmesurado. Y llegan las rebajas, Halloween, Black Friday, Navidad… siempre hay alguna excusa para comprar algo. La clave es hacer creer al usuario final que necesita algo que desconocía hasta ese momento. Cuando la realidad es que si has vivido sin ello, es que probablemente no lo necesitas.
El ámbito de acción de los anuncios era la radio y televisión. Ahora, con la llegada de las nuevas tecnologías, las páginas webs, redes sociales, e incluso YouTube están viviendo un boom en la publicidad hasta el punto que no sabes dónde comienza el anuncio y dónde la noticia.
El consumismo es una herramienta del sistema para mantenernos atados a nuestros trabajos. Eso sí, todo orquestado desde que nacemos con un sistema educativo industrial que no nos enseña a conocernos a nosotros mismos. En su lugar, nos adoctrina para ser esclavos encubiertos de este sistema consumista en el que vivimos. Y el vehículo eléctrico no se escapa de estas compras compulsivas. Tiene su sentido ecológico, pero este no debe ser una excusa para un cambio irracional. Un cambio de vehículo de forma inconsciente puede tener un efecto contrario al deseado.
¿Todo el mundo es apto para tener un vehículo eléctrico?
Una pregunta con la que últimamente me topo mucho es: ¿todo el mundo es apto para tener un vehículo eléctrico? La respuesta es no. No todo el mundo está en el momento adecuado. Tampoco debe tomarse la decisión de cambiar un vehículo por otro a la ligera. Aunque probablemente, yo no sea la persona adecuada para hablar. Si no sabes de qué te hablo, aquí tienes mi historia.
Algunos propietarios, sienten culpa o miedo por errar en su reciente compra de un vehículo de combustión (yo estuve ahí). No os preocupéis, no merece la pena. En su lugar busca hacer un uso lo más sostenible y eficiente posible de tu vehículo. Sácale partido, aprovecha al máximo sus virtudes. Y por último, aprende de la situación. Date cuenta que la información que nos llega no siempre es completa y verdadera. Ten espíritu crítico. Aprovecha las virtudes del acceso a Internet e infórmate adecuadamente. Contrasta la información. Y, por supuesto, toma tus propias decisiones. Que nadie vuelva a decidir por ti.
Existen personas atrapadas en la celeridad de la vida moderna, hasta tal punto que no tienen tiempo para nada. Aquí encontramos a los que dicen recorrer 1.000 km del tirón con su coche de combustión sin siquiera parar a mear. También, los hay que argumentan que son incapaces de realizar un viaje parando cada 2 horas. ¡Ojo! recordemos que la DGT recomienda parar 20 minutos cada 2 horas o 150 – 200 km. O los que te preguntan: ¿pero qué autonomía tiene a 140 km/h? Y por último, tenemos a los que esperar 15 o 30 minutos a cargar un coche eléctrico es perder demasiado tiempo.
Otros casos engloban personas que no disponen de garaje propio. Aquí, evidentemente el cambio es difícil y poco recomendable, aunque no imposible. Con las autonomías de los actuales vehículos eléctricos, existen casos de propietarios que son capaces de gestionarse empleando puntos de carga públicos o privados de acceso público. En estos casos Electromaps es tu amigo.
Por otro lado, hay quienes viven en el núcleo urbano de Madrid. Son zonas bien comunicadas y que en muchos casos no recorren ni 10.000 km al año con sus vehículos. ¿Tiene sentido en estos casos tener un vehículo en propiedad, ya sea combustión o eléctrico? Tanto si miramos el aspecto económico, como medioambiental, probablemente la respuesta sea no. Seguramente un carsharing o renting sea la opción más económica, ecológica y sostenible. Aún así, habrá quienes justifiquen dicho cambio por la disponibilidad. Yo no juzgaré si este es motivo suficiente. Lo que sí es claro, es que es una elección legítima y respetable.
Sea cual sea tu caso, recuerda:
El cambio al vehículo eléctrico debe ser racional y consciente. No hagamos de él una moda.
6 Comentarios. Dejar nuevo
Muy buena y equilibrada reflexión Emilio. Enhorabuena por tu artículo.
Muchas gracias Koldo. Son momentos de inspiración en los que las palabras me vienen solas. Algo que, leyendo tus artículos, veo que no sólo me pasa a mí. 😉
Gracias por el artículo Emilio!
Muchas gracias por leerme Josu.
Mi talento de escribir es mínimo, pero el de encontrar un árbol de NAVIDAD se desarrolló en Alicante.
Soy un pobre “refugiado” que se aprovecha del sol. Ésta es mi religión!
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Enhorabuena Emilio por tus artículos y FELIZ NAVIDAD.
Muchas gracias Christof por seguir leyéndonos y por tus palabras.
Pediremos a los Reyes que salga adelante el proyecto del Sono Sion 😉
¡Felices fiestas!