Generalmente suele haber más de una, entre las múltiples posibles razones para no comprar un coche eléctrico, que se esgrimen para justificar, en no pocas veces de forma realista, que un coche eléctrico no es adecuado para uno mismo. Sin embargo, también no pocas veces, estas razones están basadas en la información sesgada y poco fundamentada en hechos reales, o simplemente desactualizada, que ha llegado a la persona que se plantea su compra. Sin embargo, aunque cada cual elige una razón para no comprar un coche eléctrico, vamos a ver cuánto tienen de objetividad.
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Contaminan tanto o más que los de gasolina porque la electricidad se genera quemando carbón y la batería es muy contaminante cuando haya que desguazar el coche
El primer supuesto es cierto, que le vamos a hacer. Sí, ¿esperabas que aquí dijera otra cosa? pues no, porque es cierto. En un puñado de países, que se cuentan con los dedos de una mano, es cierto. Bueno, casi cierto, porque aunque se hiciesen emisiones de CO2, la gente no sufriría la contaminación en las ciudades. Pero por suerte en nuestro país y en la mayoría de la UE, las emisiones de CO2 se reducen fuertemente. En concreto en nuestro país y con los datos de 2019, lo es en un 75%, o lo que es lo mismo, las emisiones de CO2 debidas a la electricidad que consume un coche eléctrico son una cuarta parte de las que produce un coche a gasolina/diesel/GNC/GLP…
“¡Un momento! ¡Los coches a gas son menos contaminantes!” Humm… ¡no!. Realmente no lo son. Me explico: Se suele argumentar que al ser un combustible con menor proporción de carbono en su formulación, su combustión genera menos CO2, y sí, en teoría es así, pero la práctica es un “poco” diferente. Como son motores de gasolina adaptados (de hecho, pueden consumir también gasolina), no aprovechan todas las ventajas del gas, lo que hace bajar su rendimiento y aumentar el consumo, pero lo peor es que el GNC es metano, un gas con una potencia de atrapar el calor del sol, el tristemente célebre calentamiento global, 28 a 84 veces (según el plazo temporal) mayor que el de el CO2. Ese metano escapa a la atmósfera en múltiples etapas de su proceso desde la extracción a la venta, pasando por todos los procesos de transporte y distribución. De hecho, está calculado, en base a su GWP (Global Warming Potential, potencial de calentamiento global) y al rendimiento energético típico de su uso, que con que haya un 0,8% de fugas con respecto al total aprovechado, ya se iguala el daño que hace, comparado con el de un combustible tradicional, como la gasolina o el gasóleo.
Por otra parte, las baterías, sí, tendrían un impacto enorme si simplemente se arrojasen al medioambiente, pero por suerte no se hace. En parte por la legislación, pues no es posible ejercer ese tipo de prácticas sin exponerse a multas de tal importe que empequeñecen el coste del reciclaje. Sin embargo la mayor razón para reciclar convenientemente las baterías es que están compuestas por materiales muy costosos que es interesante recuperar para fabricar nuevas baterías. Pero más interesante aún es recuperar esas baterías intactas para usos de almacenamiento de energía. Los fabricantes tienen sus propios programas de reutilización, de los que no faltan ejemplos, e incluso hay pequeñas empresas independientes que siguen los mismos pasos, reutilizando baterías no solo de automoción. Esta reutilización se revela como uno de los factores que más van a fomentar el desarrollo de la generación eléctrica libre de CO2.
En cuanto a reciclaje, muchas empresas están innovando en reciclaje de baterías de litio, como Duesenfeld, recuperando materiales en porcentajes superiores al 90% en sus plantas modulares, materiales que reducen la necesidad de importar materiales como el cobalto y la necesidad de invertir energía en su minado, con sus emisiones de CO2 asociadas.
Asociado a esto está el mito de que las baterías se degradan y de que cada cierto tiempo o kilómetros hay que cambiarlas, siendo más caro que el propio coche. Este mito se ha demostrado falso con unidades que han llegado ya al millón de kms sin cambio de batería, siendo desafiado sólo por modelos sin refrigeración activa de la batería de los que ya apenas quedan representantes y que sí tienen tasas bien conocidas de degradación importante. Sin embargo todos modelos lanzados recientemente cuentan ya con algún sistema de refrigeración para evitar estos problemas.
El calentamiento global es una estafa organizada por la izquierda/establishment/Soros/NWO (elíjase una), diseñada para dibujar un nuevo orden geopolítico/arrebatar la libertad de la gente/empobrecer a la población (elíjase otra). La ciencia ha demostrado que eso no está ocurriendo
En realidad el consenso científico (que no tiene nada que ver con el poder de la mayoría en una votación), ha ido evolucionando desde una posición de “podría ser que estemos alterando el clima” a otra de “si no cambiamos nuestros hábitos vamos a causar una catástrofe”, pasando por el “es innegable que estamos haciendo algo pero todavía tenemos que comprender el qué”. Es decir, según han ido mejorando los datos y modelos disponibles, se ha ido acrecentando la certeza de que vamos derechos al desastre. Obviamente todavía existe algo de incertidumbre, no sabemos la exactitud de lo que estamos causando pero pretender negar la evidencia en base a la falta de exactitud es equivalente a negar que nos vamos a hacer daño si nos tiramos de un cuarto piso porque no sabemos si nos vamos a romper una pierna, un brazo, las dos cosas, o nos vamos a partir la crisma.
Saltar para evitar un incendio puede ser aceptable, pero hacerlo para llegar antes a la calle y detener a un ladrón que se quiere llevar el coche, lo que sería un simple daño económico y alguna molestia, no tiene ningún sentido: Entre las posibilidades están que quedemos ilesos, aunque es muy poco probable (es un cuarto piso), es muy probable sufrir alguna fractura, pero también es posible que quedemos en una silla de ruedas o incluso que nos matemos. Con el calentamiento global ocurre lo mismo, los mejores datos disponibles dicen que nos vamos a hacer mucho daño. Siguiendo el símil, no es sensato apostar porque nos vayamos a levantar ilesos para evitar un daño económico, cuando nos jugamos estar muchos meses de baja o una incapacidad permanente, que pueden suponer un daño económico mucho mayor, además de un gran sufrimiento.
Visto esto, se puede entender que la realidad del calentamiento global no es algo sujeto a opinión, como argumentan algunas personas; no es como una creencia religiosa o la orientación política que son una opción personal, sino que es algo más similar a creer que, si salgo de la ventana del cuarto piso y doy un paso al frente, voy a seguir suspendido en el aire porque la fuerza de la gravedad es algo opinable. Bien, opinarás lo que quieras, pero si haces eso vas a caer.
Como es esperable en nuestro sistema económico y social, dada una situación inevitable, hay varias opciones: Una es luchar contra ella (mala idea, no lo hagáis, os va a arrastrar). Otra es dejarse arrastrar, que es lo que hará la mayor parte de la población, y otra opción es aceptar la situación y ver que se puede ganar en ella, que es lo que han hecho los empresarios más exitosos a lo largo de los diferentes cambios que ha vivido la sociedad.
Pretender que esto se ha diseñado para empobrecer a la gente (y consecuentemente enriquecerse alguien) es confundir causa y efecto, puesto que sería imposible:
- 1º, alterar los datos que indican lo que está por venir, ya que son obtenibles de forma independiente;
- 2º, la obtención de esos datos y las conclusiones que se pueden sacar con esos datos son ciencia básica que no necesita de grandes infraestructuras más allá de las que posee cualquier universidad de tercera clase;
- 3º, es imposible “meter en el ajo” ni siquiera a la mitad de los miembros de la comunidad científica, puesto que cada uno de ellos querría su parte de las ganancias a obtener y son muchas personas las que, por su formación, son capaces de llegar a esas conclusiones, tal vez cientos de miles.
¿Alguien se atreve a calcular cuánto dinero costaría la operación? Yo no, desde luego, pero tengo muy claro que el dinero que una supuesta “organización malvada” tendría que destinar a tapar todo el asunto y no dejar ni un solo fleco suelto, sobrepasa en mucho el posible beneficio económico a obtener.
Una persona muy suspicaz verá en las voces discordantes a los científicos que no se han dejado “untar”. Nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que la ciencia funciona así y es así como avanza. Claro, si alguien pretende llegar a cierta conclusión usando datos incorrectos o física que se aleja de la que está aceptada por la comunidad científica, y no acepta debate acerca de ello, no se le hace caso. Al contrario, las ideas nuevas son bienvenidas, se someten a revisión por pares, que es -ni más ni menos- que otro científico pueda llegar a las mismas conclusiones con datos obtenidos de la misma forma y, si resulta llegar a las misma conclusiones, se acepta que lo anterior estaba errado y esa nueva idea es correcta. Esta es la forma en la que la ciencia ha avanzado siempre y lo que ha posibilitado el tremendo avance tecnológico y económico de las últimas décadas.
Por todo lo anterior, se demuestra que entender el asunto del calentamiento global como un complot de alguien o de una “organización malvada” peca, como poco, de ingenuidad, ya que lo más probable es que haya un responsable último de extender la idea del complot entre la gente menos formada en cultura científica. Esa persona u organización sí que albergaría cierto grado de maldad, al pretender obstaculizar la toma de medidas para evitar que, en la medida de lo posible, un problema afecte a las personas que componen la sociedad. No sería por otra razón más que lo acuerdos a tomar perjudicasen su actual forma de ganar dinero o que fueran contra su agenda política. Y actuar así, fomentando que otras personas puedan resultar dañadas, es malvado.
Por lo tanto, cuando te digan que con el calentamiento global alguien quiere ganar mucho dinero, pregúntate quién extiende esa idea en beneficio propio. Los científicos que estudian el clima lo tienen claro: si se tratase de ganar dinero, trabajarían para alguna petrolera, haciendo estudios exagerando los problemas de los vehículos eléctricos (los tienen, como cualquier opción) y minimizando los de los que usen combustibles fósiles, y no pasándolas canutas con un presupuesto para ciencia siempre menguante.
Un coche eléctrico es para economías más desahogadas que la mía
Puede que esta sea la razón más esgrimida y más falaz. Es cierto que la mayoría de los coches eléctricos a la venta son bastante más caros que los coches tradicionales, pero también es verdad que las ayudas del gobierno son mucho mayores en el caso de los eléctricos y que juegan en otra liga de prestaciones, acabados y equipamiento. Por lo general, aunque hay excepciones (Seat Mii y sus primos trillizos del grupo VAG, además del futuro Dacia Spring y otros) un coche eléctrico de los segmentos más bajos es de media entre 8.000 y 10.000 euros más caro, antes de ayudas, que una unidad con motor diesel de su mismo modelo, potencia y acabado. En segmentos más altos esa diferencia tiende a diluirse. Por tanto, la primera impresión es que son unos coches para economías desahogadas. Pero nada más lejos de la realidad. El coste de adquisición de un vehículo tradicional se acerca a la mitad de los costes totales que va a suponer su uso. El resto va repartido entre combustible, que es la partida más cara, y el mantenimiento, impuestos, seguros y averías.
En cuanto a los últimos, impuestos y seguros, podría decirse que son equivalentes en cualquiera de las opciones, aunque también es necesario señalar que algunos ayuntamientos (no todos) aplican bonificaciones a los vehículos eléctricos, que pueden llegar al 95% en alguna población, dejando el impuesto de circulación (el que más coste va a suponer en la vida de coche) en casi gratis. También algunas compañías de seguros tienen productos orientados a vehículos eléctricos, con primas más bajas, conscientes de que su siniestralidad suele ser mucho menor. En averías, la experiencia acumulada dice que, exceptuando elementos comunes a térmicos y eléctricos, suelen dar menos averías, por la mayor simplicidad de su motor y su transmisión, además de carecer de otros elementos famosos por el número de averías que causan (catalizador, sistema AdBlue, turbo, caudalímetro…). Por contra, en los elementos que son exclusivos de ellos, los eléctricos han demostrado una fiabilidad muy alta, alcanzando cifras de kilometraje fuera del alcance de sus equivalentes a gasolina o diésel.
Este tema, el del AdBlue, ha empezado a suscitar dudas sobre la supuesta limpieza de los vehículos a gasóleo más modernos, ya que se sabe que se está vendiendo AdBlue adulterado, que puede que no alcance el nivel de descontaminación necesario, o incluso causar averías.
Con respecto al coste de combustible, es aceptado que con una elección sensata de la tarifa eléctrica, ese coste puede ser incluso cero en el caso del eléctrico, mientras que con un diésel poco potente, para conseguir ser frugal, y con el poco creíble precio actual del petróleo, causado por una situación sanitaria y social sin precedentes, ese coste sería de al menos 600 euros cada 10.000 km, que pueden llegar fácilmente a 1.000 euros en un modelo con más prestaciones, acorde a las necesidades de hoy y en línea con las potencias de que suelen presumir los modelos eléctricos.
Finalmente, el coste de mantenimiento y revisiones para un eléctrico es bastante más económico: no hay embrague ni la correa de distribución que todavía llevan algunos motores, tampoco hay que cambiar aceite ni filtros del motor y el gasto de otros consumibles, como pastillas y discos de freno es casi nulo gracias a la frenada regenerativa.
Tienen poca potencia/son pequeños
Otro argumento basado en la desinformación. Hace 20 años era real pero ya no lo es. De hecho es tan irreal como que es completamente al revés. La mayoría de los coches eléctricos comercializados están por encima de la media en potencia y tamaño. Además, la entrega de par casi plana desde parado hasta altas velocidades hace que parezcan, por comparación con sus contrapartes a gasolina o diésel, mucho más potentes de lo que son. En cuanto al tamaño, en realidad los coches eléctricos han estado representados tradicionalmente por modelos más grandes y lujosos, tendencia que ya se ha compensado con su irrupción en los segmentos más pequeños.
No hay dónde cargar
Si no tienes garaje, lo cierto es que no seré yo el que te recomiende pasarte a lo eléctrico (aunque tampoco comprarte un coche que funcione con combustibles fósiles) y en cambio te animaré a fomentar el efecto Osborne, aplicado a la automoción. Si bien hay personas que se han pasado a lo eléctrico sin tener punto de carga propio y lo han hecho sin muchos problemas, lo cierto es que es algo que solo se hace por la convicción de usar combustibles fósiles lo menos posible, además de no contaminar el aire de la ciudad. No es algo para todo el mundo y es probable que termines odiando tu coche y a mí, y vendiéndolo y retrasando por ello tu paso definitivo a lo eléctrico.
No obstante, como decía, te animaría a esperar, si tu coche actual aguanta bien unos años, o buscar en el mercado de ocasión, ya que en poco tiempo tendrás opciones abundantes donde cargar, en tu barrio o en el súper, mientras haces la compra semanal.
En cuanto a cargas en ruta, más de lo mismo, la red de recarga está creciendo a un ritmo espectacular y se contempla que el Gobierno imponga a las gasolineras con más facturación instalar puntos de recarga, además de haber declarado de interés público la instalación de los puntos de recarga de más potencia.
En España no interesan los coches eléctricos y por tanto aquí apenas triunfarán
Sí, aunque no lo creas, hay quien dice eso. Suele esgrimirse la razón de que, como no se fabrican aquí, cosa que se demuestra falsa, no le interesan al país en su conjunto. Incluso ha habido declaraciones famosas de dirigentes sindicales en esa dirección, aunque curiosamente estas mismas marcas han admitido recientemente que necesitan vender más unidades de eléctricos. La realidad es que España está haciendo un esfuerzo para no quedarse a la cola en fabricación de coches eléctricos, atrayendo a fabricantes de coches y de baterías. También se dice que, como aquí gran parte de la electricidad se produce quemando carbón, y otra gran parte se compra a Marruecos, que genera con carbón, y Francia, que genera con energía nuclear, eso nos hace dependientes de tecnologías contaminantes y de terceros países. En fin, no puede ser mayor la ignorancia que demuestra quien diga esas cosas: España fabrica numerosos modelos eléctricos pero, aún en el caso de que no fuera así, la autosuficiencia energética que nos otorga mover los vehículos con electricidad generada aquí, con recursos locales, haría tremendamente positivo usar coches eléctricos, aunque fueran todos importados. Y es que si en algo somos líderes es en producción renovable de electricidad y no en producción con carbón (menos del 5% el último año). Y probablemente lo seamos más en el futuro, pese a los intentos del Gobierno anterior en sentido contrario.
Finalmente, aunque España tiene conexiones eléctricas con Marruecos y Francia, dichas conexiones no se usan para importar electricidad sino para intercambiar electricidad en los dos sentidos; unas veces compramos, otras vendemos, según disponibilidad, necesidad y precio pero, por desgracia, no podemos intercambiar electricidad al ritmo que sería deseable: La península sigue siendo prácticamente una isla, energéticamente hablando. Por cierto, la península incluye a Portugal, que se abastece de electricidad renovable en casi un 60%. Claro, por eso los que argumentan que compramos electricidad a Marruecos y Francia omiten a Portugal, con quien intercambiamos mucha más electricidad, ya que resultaría contrario a su argumento de que la electricidad contamina.
Tal vez llegados a este punto empieces a cuestionarte si es positivo para el país depender del petróleo, del que más del 99% es importado, y que tal vez sea necesario pasarse al gas, recurso del que sí tenemos yacimientos. Bien, es cierto que tenemos algún yacimiento de gas natural, pero nuestra dependencia de recursos provenientes de otros países queda en prácticamente igual, pues más del 99% procede de otros países, lo que nos deja en la misma posición vulnerable. Además se ha demostrado que el gas natural no supone una reducción en la emisión de sustancias contaminantes tóxicas, siendo superior en algunas circunstancias, ni tampoco reduce el calentamiento global.
¿Y el biogas? Se trata de un recurso, químicamente parecido al gas natural y con prestaciones similares, que se puede generar con recursos locales de procedencia renovable, o como subproducto del tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos o en las plantas depuradoras de aguas residuales. Sin duda su producción aumentará en el futuro, pero es del todo imposible cubrir nuestras necesidades energéticas con biogas. De hecho, las estimaciones de producción más optimistas le otorgan una importancia menor al 5% de los usos energéticos totales del país. Por último, de los usos posibles de ese biogas, posiblemente el menos óptimo sea quemarlo dentro de un motor debido al bajísimo rendimiento de los motores de combustión interna, siendo preferible, por tanto, otros usos, como por ejemplo, sustitución directa de usos industriales del gas natural como la fabricación de vidrio.
Estoy acostumbrado a los coches tradicionales, al cambio de marchas… jamás podría adaptarme. Además todo eso de la carga es muy complicado
Recuerdo cómo observé que el padre de un amigo, recién comprado un coche que debía ser alimentado con gasolina sin plomo, echaba gasolina súper, con plomo y más cara. Le hice notar que estaba estropeando el catalizador y que contaminaba más de la cuenta, a lo que respondió que él siempre había echado gasolina súper y que no iba a cambiar. Era alrededor de 1990. Años más tarde, para evitar esa actuación de los usuarios, se acordó que la boca y manguera sería más estrechas, siendo posible solo el acople de una manguera de gasolina sin plomo. A partir de entonces no era raro ver alguna persona echando gasolina súper con la ayuda de un embudo. Tardaban el doble, se manchaban las manos, se caía combustible… todo por no cambiar.
Hoy muchas personas esgrimen razones parecidas para no hacer el cambio, aun reuniendo todos los demás requisitos, como tener dónde cargar, no hacer viajes muy a menudo y disponer sobradamente del dinero para adquirir un eléctrico. Y pudiera pensarse que se trata de personas mayores, hechas a la costumbre y que ya no quieren cambiar de hábitos, en ningún aspecto de su vida, pero no, en muchas ocasiones se trata de personas jóvenes.
Yo pensaba que a mi mujer le iba a costar mucho más hacer el cambio (ella era bastante reticente a cambiar), pero lo cierto es que en solo un día estaba diciéndose “cómo había vivido tanto tiempo conduciendo coches tradicionales”. En cuanto a la carga, igualmente, está encantada de no pasar por la gasolinera, y es que ahora ve como “una pérdida de tiempo inaceptable” ir a la gasolinera, “estar cinco minutos sujetando la manguera”, pagar…
Quizá donde sí queda un último paso que dar es en la recarga fuera de casa, puesto que hace falta un mínimo de tres o cuatro tarjetas o Apps de operadores de carga para poder desenvolverse sin problemas. No es que sea difícil, pero es más complicado de lo deseable si lo comparamos con la facilidad que existe para cargar combustible. No obstante, lo lógico es que, no tardando mucho, el Gobierno ordene unificar todo y que con una única tarjeta se pueda cargar en cualquier operador del país. Esto es lo que ocurre en cualquier país de Europa, si exceptuamos Italia y España, y en ese momento cargar el coche resultará de una facilidad y comodidad todavía mayor que la de repostar combustible, ya que no haría falta moverse del coche, si no se desea.
Aunque probablemente, el apartado que más quejas acumula en este aspecto es el de la velocidad de carga. Recordemos aquella desafortunada frase de Pere Navarro, director de la DGT: “Son necesarias 25 horas para ir de Madrid a Cadiz, porque es necesario parar a cargar“. Este tipo de creencia está muy extendida en la sociedad, cuando no puede ser más incorrecta, como se aprestaron algunos conductores a demostrar que se podía hacer en un tiempo equivalente a uno a combustión. Es cierto que, con los coches que se vendían hace solamente seis o siete años, esto era bastante cierto, pero hoy ya no. La práctica totalidad de los coches que se venden hoy recargan, como mínimo, 300 kms en una hora, estando muy extendida, en los nuevos lanzamientos, la potencia de carga a 100 kW (no confundir con los kWh de capacidad de la batería), que supone cargar esos mismos 300 kms en media hora. Incluso algunos modelos de reciente incorporación, además de todos los Tesla, admiten potencias de 125 kW (los Tesla más modernos admiten 250 kW), lo que supone reducir todavía más el tiempo de carga.
Bien, es cierto que un coche a combustión recarga 500 km en cinco minutos, pero también es verdad que se debería descansar de 15 a 20 minutos cada 200 kms o dos horas de viaje, y con 100 kW de potencia de carga no hace falta más tiempo, de manera que se puede sincronizar las cargas con el descanso del conductor. Con las cada vez más numerosas (y más que lo van a ser) estaciones de carga, no es complicado encontrar una que coincida.
Prefiero esperar al hidrógeno y comprar directamente una opción con futuro, mientras tanto compraré un diesel
Es curioso que haya quien vea el hidrógeno como una opción superior a las baterías. Debe ser por su tiempo de recarga muy inferior, y digo que es curioso porque es la única ventaja. El resto de diferencias se tornan en desventajas, algunas muy serias.
La menos evidente para el lector probablemente sea su poca eficiencia energética. Hoy en día, con la tecnología actual y el mix de generación eléctrica actual, por la baja eficiencia del ciclo completo del hidrógeno, un vehículo de pila de combustible produce unas emisiones similares a las de su contraparte diésel. Obviamente, si se quiere evitar, parte de la solución es el hidrógeno “verde”, obtenido totalmente con electricidad de origen renovable, pero no mediante CdOs (certificados de origen), que es como hacerse trampas al solitario, sino mediante la instalación de plantas de energía renovable anexas. Esto, hoy en día, es una entelequia, aunque podría ser posible en el futuro.
No obstante, puesto que el hidrógeno parte en primera instancia de la electricidad (no hay yacimientos de hidrógeno, tenemos que fabricarlo, empleando como mínimo -y normalmente mucho más- la misma energía que vamos a obtener después), y dado que la electrólisis es un proceso bien conocido desde hace tiempo, así como la ingeniería de la pila de combustible (ya se usaban en las misiones Apolo a la luna, en 1969), no se esperan mejoras de rendimiento sustanciales, el cual es, alrededor del 30-40% según procesos. Eso significa que cada kilómetro recorrido con hidrógeno saldría entre 2,5 y 3 veces más caro que con electricidad, solo por costes energéticos y si suponemos que la empresa que fabrique el hidrógeno no se lleva ningún beneficio. Como eso es imposible, es generalmente aceptado que cada km recorrido con hidrógeno costará alrededor de 4 veces más caro que con la electricidad almacenada en una batería.
¿Quiere eso decir que el hidrógeno no se va a usar? ¿Acaso estamos suponiendo que toda la inversión que se está haciendo en hidrógeno no serviría? ¿Son tontas las empresas que están invirtiendo a la vista de esto? No, ni mucho menos. El hidrógeno se va a usar… allá donde no sea posible usar baterías. Se supone que el transporte aéreo no le quede más remedio que usarlo, así como el marítimo de largo alcance. Hay alguna duda acerca del transporte pesado por carretera a gran distancia (aunque alguna empresa ya tiene modelos que podrían basarse en baterías de forma exitosa), del que se piensa que se basará también en hidrógeno, y ninguna acerca de que el transporte ligero y el pesado de proximidad se va a realizar con baterías. Esto incluiría a los coches.
De hecho, solo dos marcas siguen trabajando en coches a hidrógeno, siendo muchas más las que han abandonado su desarrollo. Y en cualquiera de los dos casos sus precios son mucho más elevados, además de contar una red de “hidrogeneras” muchísimo más escasa que la de estaciones de carga para vehículos eléctricos a batería. Este número sin duda aumentará en el futuro, pero también lo hará la de estaciones de carga, que le lleva una ventaja de aproximadamente una década, lo que hará difícil que la implantación del hidrógeno alcance a la las baterías.
Mi orientación política es conservadora, conducir un eléctrico pondría en juego mi reputación, haciéndome pasar por progresista
Aunque parezca mentira, ese fenómeno se da. Quizá no de forma tan explícita como en la frase del título, pero sí, hay una reticencia a poseer vehículos asociados tradicionalmente con los sectores más progresistas, como el ecologismo. En cambio lo “bien visto” es conducir vehículos grandes y potentes, “en vez de coches pequeños y torpes, como son los eléctricos”. Volvemos al mito del punto número 4, que se ha demostrado falso. Incluso entre sectores muy conservadores existe el sentimiento de tener que conducir vehículos muy contaminantes, solo por el hecho de serlo, quizá como reacción al progresismo y la necesidad de diferenciarse de ello. No seré yo quien diga qué tiene que hacer cada cual con su economía, pero no se entiende priorizar tal cosa puesto que, como hemos visto, conducir un vehículo eléctrico resulta muy económico, de forma que rechazar su uso por alguna de estas razones sale muy caro.
Igualmente hay una visión desde sectores más progresistas (quizá debiera decir “de izquierdas”), de que los coches eléctricos son de ricos y de que la promoción pública de su uso o la inversión pública en puntos de recarga no beneficia a la gente humilde, y que “por tanto, gastar dinero público en ello es fomentar la desigualdad”. También hay otro fenómeno que se amplifica mutuamente con el anterior y es que los sectores con menos ingresos de la población se sienten atacados por el fomento de la movilidad eléctrica ya que sienten que no pueden acceder a su deseable bajísimo coste de uso. Esto pudiera evitarse si políticas fiscales medioambientalmente responsables eliminasen los impuestos que gravan a los modelos eléctricos y se eliminase uno de los obstáculos para acceder a este tipo de movilidad, promoviendo una red de recarga urbana y de proximidad.
Con respecto a que es un asunto “de ricos” que no ayuda a la gente humilde, nada más lejos de la realidad: como se ha demostrado muchas veces, lo que es de ricos es pasar por la gasolinera varias veces al mes. Además, se ha demostrado también que la falta de calidad del aire, a la cual contribuyen los vehículos a combustión, es un factor de desigualdad en la salud, puesto que las personas adineradas suelen vivir en sitios más abiertos y menos contaminados. Por no mencionar que el calentamiento global va a impactar mucho más duramente en las economías más desfavorecidas, puesto que las personas adineradas pueden permitirse mayor libertad a la hora de mudarse a sitios menos expuestos a los efectos del cambio climático.
Se pierde mucho tiempo con la carga
Algunas personas ven como una pérdida de tiempo tener que cargar el coche cada pocos días en vez de acudir a la gasolinera dos o tres veces cada mes. En realidad está comprobado que se pierde menos tiempo, ya que es un proceso desatendido que se hace en la propia plaza de garaje y en diez segundos “mal contados” ya hemos puesto el coche a cargar, quedando con el “depósito lleno” al día siguiente, mientras que echar combustible implica:
- 1. acudir a la gasolinera.
- 2. elegir la manguera y abocarla al depósito.
- 3. sostener la manguera hasta que termine el proceso.
- 4. ir a caja y pagar.
Como mínimo se pierden cinco minutos. Diez mensualmente. Algunos artículos han cifrado esto, resultando en una pérdida de 70 minutos al año en el caso de coche a gasolina/gasoil, mayor aún si se trata de un modelo a gas.
Y si vas a las gasolineras low-cost tan de moda en los centros comerciales es fácil que la espera sea bastante mayor.
Conclusiones
Quitando alguno de los factores que sí resultan ser un problema para acceder a la movilidad eléctrica, como el no tener una plaza de garaje donde cargar, como puede observarse, la mayoría de razones que se han nombrado no resisten un análisis objetivo, y es que los principales factores que alejan a las personas de la compra de un coche eléctrico son el miedo a lo desconocido y la resistencia al cambio.
Es lógico. Al fin y al cabo nos hemos criado viajando con nuestros padres en coches movidos con gasolina, viendo como echaban combustible en gasolineras, con total facilidad y “libertad”. El problema es que nos hemos ido cargando el clima en el proceso, sin darnos cuenta, pero en un proceso constante y acumulativo. Ahora toca hacer las cosas de otra manera. Globalmente, ni de forma peor ni mejor, puesto que en unas cosas se gana en comodidad y economía, mientras que en otras se pierde, como en cualquier cambio.
Y es que nos molesta (a mi también) tener que cambiar la forma de hacer las cosas, cuando la anterior nos iba “tan bien”, y nos causa, como mínimo, respeto tener que hacer las cosas de otra manera, cuando no miedo o incluso pánico. Es entendible, y cuando más edad tiene cada uno, menos ganas tiene de meterse en berenjenales. Yo mismo, que estaba convencido, pasé por ese proceso y si no mandé todo al cuerno más de una vez fue por saber de la necesidad de hacerlo más pronto que tarde, y cuando lo completé me di cuenta de que no era para tanto.
De eso hace dos años ya y ahora todo es mucho más fácil: Hay una red de recarga rápida que ya permite viajar sin dificultad por toda España (el extranjero está incluso mejor, hasta Portugal lo está), en las comunidades de vecinos o de garajes ya no existe esa resistencia a permitir (en realidad, ley en mano, no pueden prohibirlo) la instalación del punto de carga e incluso las viviendas de nueva construcción ya están obligadas por ley a incluir canalización expresamente destinada al paso de las instalaciones eléctricas que alimentan los vehículos eléctricos.
Ahora ya no hay excusas. Después de leer este artículo (¿alguien llegó hasta aquí?), ¿sigues buscando la tuya para autojustificar comprar un coche de gasolina/gasoil/gas?.
Date prisa, elige una razón para no comprar un coche eléctrico y trabaja el autoconvencimiento de su validez, porque si tardas mucho, tal vez no encuentres ya modelos disponibles para comprar, por los planes de las marcas para abandonar los motores a combustión.
38 Comentarios. Dejar nuevo
Qué buen gusto da empezar el día con tan buen artículo, de gran calidad y muy bien argumentado; y demostrado con datos y ejemplos, no sólo palabras, que el paso a la movilidad eléctrica no sólo es necesario sino perfectamente viable y apenas supone pequeños cambios en la manera de ver o hacer las cosas.
Por más que la busque no encuentro una razón de peso para no dar ese paso. A mí me ha convencido plenamente.
Éso sí, me pasaré medio día flipando con la anécdota del padre de su amigo y la gasolina súper. Espero que a ningún nuevo usuario del automóvil eléctrico se le ocurra intentar echarle “sin plomo 95” por el conector de carga.
Muchas gracias 🙂
PD: lo de la última frase en realidad ha ocurrido, había un video famoso al respecto
Perdona, Jesús…
Referente al punto 8 no estoy de acuerdo.
Una vez establecida la producción e infraestructura ya no se podrá frenar el H2.
Si funciona en barcos, aviones etc. ya tendrán pretexto de seguir con la locura.
La misma locura como nos vendieron la nuclear, que resulta tan desastrosa, que hasta la Merkel mostró su corazón «verde» y la frenó.
El problema es que ya han gastado tanto dinero (subvenciones), que es difícil frenarlo.
Además no habrá compañía de seguros, que cubra los daños (frecuentes y catastróficos).
Tal vez podrás asegurar un Toyota Miray, pero no la hidrogenera (si es que habrá alguna).
Mientras no pueda comprar un coche eléctrico uso la bici, que la llevo en la furgoneta diésel para entrar a un pueblo. Una microhibridación es, que cargo la bici con los paneles de la furgo.
https://subefotos.com/ver/?eca0a5c9eaf363f7e8e035c7dac46430o.jpg
Salu2 🙂
Saludos Christof, cuanto tiempo…
No creo que pase lo que dices, por una cuestión muy concreta, el coste. Al ser tan baja la eficiencia, hace falta pagar más electricidad, independientemente de que la compres tu para cargar una batería o de que la pague la empresa que “fabrique” el hidrógeno, y luego te la cobre a ti con su margen de comercialización. Eso hace, como decía en el artículo que el coste del kilómetro sea varias veces mayor. A igualdad o similitud de prestaciones, no solo absolutas, sino también prácticas (de nada me sirve poder recorrer 800 km si parar si para hacerlo tengo que mear en una botella y comer mientras conduzco), la gente va a preferir la opción más económica, ya que, asumo, las baterías no van a suponer un sobrecoste tan importante, para cuando el hidrógeno sea una alternativa realista)
Sólo habría una circunstancia que haría falso esto que acabo de escribir, y sería que la eficiencia “del pozo a la rueda” del hidrógeno mejorase tanto que al final hiciese falta prácticamente la misma cantidad de energía para recorrer un kilómetro, de forma que solo costase más por el margen comercial del fabricante de hidrogeno, y en ese caso ¿Qué problema podría ponerse a su uso? Como mucho la independencia energética del consumidor, cosa deseable y fácil de obtener con baterías pero imposible con hidrógeno, pero creo que convendrás conmigo en que ese, tampoco es un problema tan importante, si la alternativa es la NO descarbonización.
Son muy caros y los salarios muy bajos, las baterías contaminan y las recargas de ellas dejan su huella de CO2 sobretodo aquí en nuestro país, los puntos de recarga donde están. Si quieres arrastrar una caravana que haces, o remolcar un vehículo. No, no hay argumento, son más caros, la autonomía no es la misma que un motor convencional, las ayudas son un engañabobos que luego te lo van a crujir en la declaración de renta. A la vista está, cuantos se han vendido en estos meses ? migajas , se los van a comer con papas. La realidad es la que hay, punto.
Estamos de acuerdo en que nuevos la mayoría son más caros que sus equivalentes de combustión, pero lo de las baterías que contaminan es mentira, contaminan lo mismo o menos que las de cualquier dispositivo como el que estás usando para escribir tu comentario, aquí lo detallamos: https://pasatealoelectrico.es/2020/06/07/se-pueden-reciclar-las-baterias-de-los-vehiculos-electricos/ Las nuevas baterias 4680 de Tesla cambiaran TODA la automoción, lee: https://bit.ly/BatteryDayTesla. Engañabobos son los que hablan del GLP como la solución, o la apuesta por el hidrógeno. Si quieres un eléctrico míralos de 2ª mano, los hay a muy buen precio: http://bit.ly/Electricoshasta1500EMilanuncios puedes ponerte el limite en 10.000€. Sobre que se venden poco tampoco estás muy informado, cada día se venden más eléctricos y menos diesel. Y lo de que no sirven para remolcar no sé de dónde has sacado esa idea, hay modelos con gancho de remolque, busca bien.
Iba a contestar yo, pero veo que lo has hecho tú, casi calcado a lo que habría dicho yo, porque la verdad es la que es, punto.
Solo añadir, que nadie niega la huella de carbono. Si te hubieras molestado en leer el artículo (y es por esto que sé que no lo has hecho) verías que siempre las imputo, y es más, las imputo del pozo a la rueda, mientras que cuando comparo, las del térmico las imputo como si la extracción refino y transporte no tuvieran emisiones asociadas. Incluso añado las de la fabricación de la batería, y lo hago más que nada para que nadie me acuse de parcialidad. Y aún así, la huella de carbono sale equivalente a una tercera parte de la de un térmico.
Si, por la razón que sea, prefieres autoconvencerte de lo contrario, debo respetarlo, pero te recomiendo leer el último parrafo (en realidad todo el artículo): Va especialmente dedicado a personas que piensan de tu misma forma.
Un gran articulo, detallado, exhaustivo y donde no deja ni un argumento sin tocar. Voy a usarlo para convencer a los que defienden las tecnologías obsoletas de la combustión, a los incrédulos del cambio climático, a los que no quieren arriesgarse a disfrutar de un vehículo de conducción fácil y silenciosa.
Enhorabuena por el artículo!
Un saludo
La razón por la que a día de hoy no compro un vehículo eléctrico es doble precio y imposibilidad de cambiar la batería en un futuro cercano a un precio razonable (bastante menor que la del coche por supuesto). Ya me empiezan a tentar Renault Zoe ze 40 con batería en propiedad desde 2016 por 15000 euros ya se ha vendido alguno y Nissan leaf 30kwh por 13000 hay pero su batería es un gran problema.
Compré mi coche actual (MB B-Class 170 Gasolina) hace 14 años. Lo compré con la certeza (cruzando los dedos) de que me iba a durar al menos 10 años, que es el tiempo que entendía que debería durarme un coche para estar, al menos 5 años de esos 10, sin tener el gasto permanente de la dichosa “letra” mensual. Los eléctricos te garantizan (si es que lo compras nuevo) un 60% de la vida de la batería a los 5 años y eso en el mejor de los casos. Es decir, si decido entrar en el mundo del coche eléctrico, tengo que saber que hipotecaré mi vida, parte de mi sueldo y mi jubilación para poder mantener, sí o sí , el artilugio que he comprado, sustituyendo la batería por un coste astronómico o comprando otro coche por una cantidad obscena de dinero. Por tanto no hablemos de la falacia de lo asequibles que son, de las ayudas que ofrecen los respectivos gobiernos, etc… no puedes decirme que puedo comprarme un Mii o un Dacia si necesito 5 plazas y maletero para dos sillitas o hacer 400km diarios. Háblame de otras cosas, pero no me digas lo que yo necesito para que tú seas feliz. Convénceme con el argumento principal, la posibilidad de acceder a una tecnología solo para las clases más pudientes y realmente práctica, que sustituya al 100% lo que hoy es mi herramienta de trabajo. Vamos a dejar de lado también la imposibilidad de alimentar un parque de coches eléctricos mundial similar al actual. La imposibilidad de generar la cantidad energía eléctrica que sería necesaria hace que este planteamiento sea imposible o que para llevarlo a cabo tengamos que destruir el planeta… al menos hasta que lleguen los ITER (por ahora ciencia ficción) Pero claro, mola mucho decir que los que utilizamos vehículos de combustión somos unos asesinos despiadados que lo único que nos interesa es matar niños inocentes, acabar con las mariposas Monarca y derretir nosotros mismos los casquetes polares.
Solo una cosa, tu argumentación está muy bien si partiese de premisas ciertas. Pero la realidad es que la mayoría de fabricantes dan 8 años de garantía en baterías o 160.000 km (Renault, Grupo PSA…). Incluso algunos dan más kilometraje, como es el caso de Hyundai/Kia que llega a los 200.000 km. Así que nada de esos 5 años que indicas. Te sugiero informarte mejor y no quedarte con las garantías de las baterías de aquellos Nissan LEAF de primera generación que llegaron al mercado europeo a finales de 2010. Ya han pasado 11 años de aquellas primeras versiones y las cosas han cambiado bastante en cuanto a baterías y garantías.
Por no hablar de que la experiencia está demostrando que, quitando el citado LEAF y otra excepción famosa, es realista esperar duraciones mínimas de medio millón de km. Quedarse con el periodo garantizado es equivalente a suponer que, como la garantía de un vehículo suele estar entre los 2-5 años, una vez llegados los 5 años, las averías harán imposible su uso. En cuanto a la imposibilidad de generar tanta energía, se cae por su propio peso desde el momento en que, en España, hay potencia instalada del triple del pico histórico de consumo. También se ha pronunciado REE (Red Eléctrica Española, operador de la red transporte), diciendo que la sustitución completa de TODOS los turismos supondría un 20% más de generación.
Yo no necesito que tú compres un coche eléctrico para ser feliz yo. Tampoco mola decir que eres mala persona. Lo que necesito para ser feliz es hacer lo posible para dejar en herencia a mis hijos un planeta y sociedad habitables. Molaría decir que ya no hay personas que anteponen sus intereses a los de sus hijos o a los de los no nacidos, que no pueden defenderse de los actos de los vivos. De ello hablé en https://twitter.com/isomaxx03/status/1345348622402154496?s=20
Por último, sabiendo que eres cliente de MB, marca premium, te dire que precisamente eres el cliente tipo que menos problemas puede tener para el cambio a eléctrico, porque es en el segmento de mercado que menos diferencia, absoluta y porcentual, hay entre versión térmica y eléctrica, al contrario que en los segmentos más bajos, donde la diferencia, absoluta pero sobretodo porcentual es mucho mayor.
El artículo se escribió pensando principalmente en el tipo de persona que representas, para ayudarles a buscar motivos, cada vez más escasos, para autoconvencerse, en contra de la evidencia, de que un coche a combustibles fósiles es mejor opción para ellos y para la sociedad. Veo que has encontrado los tuyos, guárdalos como un tesoro, te harán falta cuando te enfrentes a la decisión.
PD: Nótese la ironía del último párrafo.
Te has quedado en la garantía de las baterías que por cierto cuestan de 6.000 a 10.000 € si las compras con el coche o de 60 a 150 € al mes si quieres esas garantías de las que hablas. No dices nada de precios desde 30.000 € por utilitarios de gama baja (en el mejor de los casos) o desde 40.000 (ya sabemos lo que significa el “desde”) Nada de infraestructuras paupérrimas que hacen que un viaje se convierta en una pesadilla. Nada de un futuro maravilloso pero sin capacidad de producir la energía necesaria para cargar todo un parque de vehículos eléctricos porque si hoy ya tenemos que comprar energía eléctrica a otros países, no sé qué pasará cuando todos seamos maravillosos y tengamos coche eléctrico. Nada de los consumos que solo son óptimos a determinadas temperaturas (que en el mejor de los casos se dan un par de semanas al año) y que son los que nos venden.
Ahora mismo un coche eléctrico solo es posible para economías desahogadas que puedan permitirse el lujo de cambiar de coche cada pocos años, elimina de la ecuación a conductores noveles si sus papás no pueden pagarles otro coche que no sea un 2ª mano diésel, a personas con sueldos miserables (un alto porcentaje) que no se pueden permitir un eléctrico ni de coña, a familias que necesitan dos vehículos para trabajar y solo tienen una plaza de garaje, vamos que se te olvida la vida real.
El futuro será eléctrico sin duda pero no me vendas un grifo y lo maravilloso de tener agua corriente mientras viva en el desierto.
Nada que replicar ante tal magna, ilustrada y documentada argumentación.
¿Pero qué garantías? ¿De qué hablas? ¿Has pisado alguna vez un concesionario preguntando por eléctricos para que te digan eso?
Una búsqueda, en coches net te resuelve la duda, sin necesidad de decir mentiras, sean intencionadas o por desconocimiento. Filtrado por potencia mayor de 120 CV y maletero mayor de 400 litros, para evitar coches no dignos de tu persona:
https://www.coches.net/km-0/?fi=FinancedPrice&or=1&Fueltype2List=3&LuggageCapacityTypeId=3&OfferType=1&PowerHpFrom=120
Desde 22.500 euros tienes uno, y te ahorras el 90% de los gastos de combustible. Si rebajamos el nivel, tienes desde 16.000 euros. Alguien que no pueda comprar eso, no puede comprar tampoco un dacia nuevo por 10.000 y pagar 1.000 euros anuales en combustible, de modo que no es que no pueda comprar coche eléctrico, sino que no puede comprar coche y punto, al menos no uno nuevo.
El resto, ni lo voy a rebatir, porque o trato de ello en el artículo, o en las respuestas que te he dado, o hay información abundante en internet, DE FUENTES OFICIALES (como la energía que compramos o vendemos, otra cosa es que desconfíes de ellas) que desmiente lo que dices. Se cansa ya uno de repetir las mismas respuestas a las sandeces de la misma persona que o no se entera o no se quiere enterar porque le resulta más cómodo.
Y hasta aquí llega mi intervención porque no hay más ciego que el que no quiere ver.
Ah, y con su correspondiente batería ya incluida en el precio y su garantía, también incluida en el precio, que no te cobran nada por ella. 8 años y 160.000 km
Te has quedado en la garantía de las baterías… Nada de precios desde 30.000 € por utilitarios de gama baja o desde 40.000 (ya sabemos lo que significa el “desde”) Nada de infraestructuras paupérrimas que hacen que un viaje se convierta en una pesadilla, nada de un futuro maravilloso pero sin capacidad de producir la energía necesaria para cargar todo un parque de vehículos eléctricos porque si hoy ya tenemos que comprar energía eléctrica a otros países, no sé qué pasará cuando todos seamos maravillosos y tengamos coche eléctrico. Nada de los consumos que solo son óptimos a determinadas temperaturas (que en el mejor de los casos se dan un par de semanas al año) y que son los que nos venden.
Ahora mismo un coche eléctrico solo es posible para economías desahogadas que no tengan que destinar más dinero de su sueldo mensual a pagar un coche que su vivienda
Cómprate un scooter eléctrico en menos de 2000 euros para la compra, un paseo, ir al centro de la ciudad etc. A ver si ahorras tiempo y dinero. De las baterías no te preocupes, cárgalas cómodamente en tu casa.
Verás que con el tiempo te vas a autoconvencer.
Deseo que tu MB dure el tiempo que quieras (toca madera).
Tu próximo coche será eléctrico (con la ayuda mental de tus niños).
El CAMBIO DE PARADIGMA es ser feliz con menos.
https://pasatealoelectrico.es/2018/08/11/la-historia-de-christof-sappel-como-ser-feliz-con-menos/
FELIZ AÑO 2021 eléctrico. 🙂
Con menos dinero todavía?
Porqué los coches nuevos policiales siguen siendo atmosféricos ?
Por el mismo motivó que los vehículos de los diferentes ministerios siguen siendo de combustión.
En primer lugar no es del todo cierto. Muchos cuerpos de policía, sobre todo local, están adquiriendo unidades eléctricas para cubrir las partes del servicio menos exigentes.
Pero aunque lo fuera, tiene cierta explicación y es que son vehículos cuya operatividad debe estar garantizada ante toda situación, con estándares mucho más altos que los de un consumidor cualquiera. Por la misma razón las comisarías (se supone, porque a veces no se cumple) deben tener un grupo electrógeno, cosa que nadie tenemos en nuestra casa.
Un ejemplo de lo que decía, y no se trata de una policía local, que es el ejemplo más fácil.
https://www.linkedin.com/posts/activity-6754662513918455808-1H_v
Tus argumentaciones son muy acertadas y argumentadas, pero te falta una variable muy extendida, la falta de liquidez para cambiar de vehículo, yo por ejemplo soy un jubilado y en mi casa solo entra mi pensión justa. Mi coche “Diesel” lo tengo pagado, un C-MAX del 2006 con todos los extras, está impecable y muy bien cuidado, en mi casa no tengo garage, aunque podría hacer uno de paneles aislantes (Un coste añadido) para poder tener un punto de carga. Pero la compra de un coche eléctrico (que me encantaría tener), no lo puedo adquirir, por pequeño que sea y perdiendo todas las prestaciones y espacio que dispongo ahora. Las ayudas no son suficientes, el más barato hoy en España es el Seat Mii que con las ayudas sale a 15.000€ y financiado a 5 años una cuota de 285€/Mes, siendo el coche más simple y barato del mercado, se hace muy cuesta arriba, y hay gente que lo tiene aun peor que yo. ¿Como se puede argumentar que esta gente o yo cambiemos a eléctrico? no es que no queramos, es que no podemos. Con dos pensiones mil euristas y sin tener que pagar hipotecas, puede que si se pudiera. Pero son muchos los casos en que vive el matrimonio con una sola pensión de menos de 1000€ y sin posibilidad de tener un garage. ¿Qué argumento les darías?.
Hola Carlos,
perdón que me meta… ojalá que no te moleste.
Como digo más arriba, podrías tener un patinete, una bici eléctrica plegable que llevas en tu coche o la usas para comprar el pan etc. Yo lo llamo microhibridación mental. Es decir, cuidas tu diésel, pagas impuestos y gasóleo para sostener el sistema, pero apenas lo usas (salvo emergencias o viajes largos).
Otra opción es un scooter eléctrico (1500 euros) que te sirve para compras o llevar un paquete al correo etc.
Personalmente estoy esperando al SONO-SION, pero si no llega o se encarece, cuido mi furgoneta diésel y uso la bici eléctrica.
Salu2 🙂
Pues les seguiría dando el de el coste. El Dacia Sandero más barato con aire acondicionado se queda en 10.000 euros casi redondos. Un préstamo a 5 años al 8%, en la línea de lo que ofrecen las financieras de las marcas, se queda en 202 euros mensuales. La diferencia son 83. El coste por electricidad se puede considerar casi nulo, sobre todo si, en ese garaje de paneles (entiendo que es una casa y no un piso) instalas algún panel fotovoltaico. Aún así, vamos a cifrarlo en 10€. En gasolina el Dacia consumirá 50. La diferencia se reduce a 43. Revisiones: vamos a cifrarlas en 100€ anuales menos el eléctrico… me vas a permitir que sean 120, para redondear las cifras. 10 mensuales. La diferencia está ya en 33. Impuestos, suponiendo que en el ayuntamiento haya bonificación para eléctricos. Si tu ayuntamiento no es tan caro como el mío, por el Dacia te cobrará unos 50 euros. Suponiendo un 50% de bonificación, que suele ser la mínima, de haberla (también puede ser que no la haya, ojo), el Mii quedaría en ¿25? (no funciona exactamente así, pero bueno).
Finalmente, suponiendo todo eso (me dejo más cosas, como el seguro, donde suele haber promociones especiales a eléctricos, por ser considerados con menos siniestralidad), la diferencia se ha reducido a 8 euros.
Lo que podría desbarajar todos estos cálculos, es que me digas que andas muy poco con el coche y gastas, no sé… 20 euros mensuales en gasolina. En ese caso, te diré que el cambio a eléctrico no tiene todo el sentido económico. Tendrías que buscarle sentido en otras cosas, como el mundo que deseas dejar como herencia. Quizá en ese caso la mejor opción es seguir con el C-MAX, hasta que diga basta.
De igual manera, si no tuvieras ninguna opción donde cargarlo en casa, quizá no sea tu momento todavía, con la misma recomendación.
Tampoco he hablado de la segunda mano, que es opción, tanto si quieres pasarte a lo eléctrico como si decides que no ha llegado el momento. Y es que, si las penurias económicas son suficientemente serias, es otra opción a valorar.
Les daría esos argumentos porque, los eléctricos han llegado ya a unas cifras, tanto en nuevo como ocasión en las que, quien no pueda acceder a ellos, sencillamente, igual no puede tener coche de ninguna clase, o no debería.
Un saludo y gracias por leerme.
Buenos dias Sr. los argumentos que manifiesta para comprar un coche eléctrico o están desfasados o son partidistas.
La fabricación de un coche eléctrico es más contaminante que un coche convencional; respecto a las baterias de litio, le recomiendo que mire informes actuales serios, indican que la extracción de dicho mineral conlleva el consumo de gran cantidad de agua por tonelada de mineral, y la dificultad de su reutilización. Además de ser un recurso limitado.
Actualmente “para cargar su coche eléctrico” se utlizan carbon o gas natural ( no siempre se puede utilizar energia renovable), mire los informes de lo que cuesta y contamina generar un Kw en una central, la que sea y las pérdidas de llevar dicha energía hasta el cargador de su coche y las pérdidas que hay en el transporte por la red (transformar de alta a baja tensión y de alterna a continua, le recomiendo que lea informes imparciales).
Por otro lado y esto es una cuestión matemática, imaginemos que una barriada de Madrid con 200.000 habitantes se pasase a eléctrico, tendríamos que instalar una central nuclear en cada barriada para poder generar la potencia necesaria para cargar los vehículos de uso diario, le pongo un ejemplo 40 Kw x 50.000 vehículos ( 1vehículo por cada 4 habitantes de dicho barrio, el ratio es más alto), calcule v. la potencia necesaria para cargar dichos vehículos. (por la noche que es tarifa super reducida)
En cuanto a la eficiencia de éstos vehículos, la autonomía en vía urbana es buena pero en cuanto su uso se destina a autovías, la autonomía baja mucho y el coste por km sube, además del precio actual de la electricidad.
En fin, creo que ya tiene algo en lo que pensar.
No sé por dónde empezar, así que concluiré por pedirle que venga a decirle a mi coche que:
– No se crea nada de que la electricidad que consume es en dos terceras partes libre de emisiones de CO2, como asegura Red Eléctrica Española, porque David dice que eso es falso y que en realidad vive de gas natural y carbón. Que no se crea eso de que las centrales de carbón españolas están en proceso de cierre.
– Que informes actuales serios dicen que su litio ha contaminado una burrada, en vez de hacer como el petróleo, que aparece sólo en el surtidor sin contaminar nada.
– Que qué es eso de cargar a 2,3 kW, la misma potencia que una lavadora corriente, que lo normal es cargar a 40 kW, como dice el amigo David.
Solo le pido una cosa Sr. David: Sea discreto y no le diga a mi compañía eléctrica que me debe estar cobrando mal. Y es que, pese a que “me pesa mucho el pie derecho” y la autonomía baja mucho en esas condiciones y el consumo aumenta, el recibo dice que los 100 km me salen a menos de 1€. Sea bueno, no se lo diga a la compañía, porque entonces me fastidiaría el chollo y no querría volver a los casi 10€ los 100 km que me costaba usar mi anterior coche diesel.
Buenos días, si quieres tener credibilidad en tus comentarios, por lo menos pon las unidades de medida bien, ¿que es un Kw del que hablas?
Por otro lado, si valoras desde el origen el combustible utilizado, valora también la extracción, refinado, transporte, distribución, almacenaje, etc.. Del petróleo o gas, (la electricidad siempre viene de más cerca, gasta menos energía y es más barata de obtener).
Lo del mito de la escasez de energía para todos los vehículos es eso, UN MITO, en cualquier país europeo se genera a demanda y no hay escasez,¿sabes porque por la noche es más barata la electricidad? Efectivamente, por que hay menos demanda y así se incentiva su uso durante esas horas, por lo tanto la Red está mucho más desahogada en ese periodo, ¿sabes que un vehículo eléctrico no necesita gran potencia para su carga diaria, solo con 16A, o menos, es suficiente, de esa manera poco puede saturar la Red,(no confundir carga vinculada, con recarga en viaje), teniendo en cuenta que esta dimensionada para aguantar un uso simultáneo por todos los usuarios mucho mayor.
El precio del kWh viene dado por el precio del mercado mayorista, marcado por el productor más caro que entra en la subasta, actualmente el gas natural, (otro combustible fósil no renovable).
Espero haberte aclarado algún concepto, un saludo.
¡Cómo me encantaría poder cambiar al eléctrico!
Todos decís que es más económico, que a la larga ahorras. Pues yo hago cuentas y me debo equivocar en algo, porque no me cuadran los números.
Yo he estado mirando un KIA EV6. El modelo que me gusta vale cerca de 50.000€……
Ya me explicarás cómo lo hago para ahorrar, cuando uno de combustión parecido, (el EV6 solo es eléctrico), está en torno a los 30.000€.
Quizá la equivocación está en que el EV6 no cuesta 50.000 y su sustituto pasa holgadamente de los 30.000. O en el coste de uso, que en caso del EV6 puede llegar ser inferior a 1€ los 100 km, mientras que en el otro caso llega a los 10.
Estimado Javier: las cuentas no son solo económicas. Si tienes el dinero es la mejor inversión que puedes hacer por tus hijos, por ti y por todos, no tenemos planeta B. Te recomiendo veas este vídeo y si no lo entiendes comentamos: https://www.youtube.com/watch?v=4jLSQ971ngw
Mi bicicleta será más barato y menos contaminante.
Cada vez la electricidad nos resulta màs cara..y yo jamàs compraré un vehículo eléctrico y tengo mucha información de las grandes mentiras que nos quieren hacer creer.
Me parece que ud. no está bien informado caballero, mire el precio del mercado regulado en el comparador oficial de tarifas eléctricas de la CNMC y eche bien los números, luego hablamos!
Te escuchamos, ilumínanos con tu sabiduría sensei!
Un coche eléctrico transforma más del 90% de la energía que se le introduce en movimiento, de este modo para recorrer 100 km el Nissan Leaf consume 15 KW, su homólogo en gasolina 45 kW, porque 2/3 de la energía que se producen en el motor se transforman en calor. Una central térmica eléctrica que use fuel-oil, es capaz de transformar en energía eléctrica hasta el 65% de la energía que se introduce. De este modo incluso usando la electricidad de una central térmica, el coche eléctrico es más ecológico.
Hola Damián,
le has dado en el clavo.
Lo de la eficiencia de los VEs poco a poco se está popularizando.
Hasta que mejore la densidad de las baterías https://pasatealoelectrico.es/2023/03/25/amprius-la-bateria-de-1000-kilometros/
todavía tendría mucho sentido el extensor diésel (REEV).
¡Que nadie lo confunda con un hibrido!
Un saludo