

Puedes leer el artículo anterior #4 de nuestra ruta con un Tesla por Estados Unidos: Grand Canyon, Ruta 66, Los Ángeles y cómo coincidimos con Elon Musk. Hoy te contamos la visita a la fábrica de Tesla Fremont.
Día 9: Los Ángeles – Primer problema de Software
Una vez ya estábamos adaptados a la vida californiana de Los Ángeles, saliendo de los estudios de la Warner Bros en dirección al pabellón de los Lakers, nos encontramos con el primer problema de Software. Se trataba de un problema en el GPS: éste era capaz de detectar dónde se encontraba el vehículo y de seguirnos si nos movíamos, pero le era imposible crear una ruta aún detectando el punto en el mapa. A continuación podréis ver un vídeo que grabé mostrando el error (el vídeo está en inglés).
Tras trastear un poco los foros de usuarios de Tesla y ver que el problema no se solucionaba ni reiniciando la “máquina”, nos lanzamos a probar qué tal era el servicio de atención al conductor de la marca. Después de una espera de 15 minutos al teléfono, y con los minutos de nuestra tarjeta telefónica de prepago agotándose, localizamos a un operador. A lo largo de este servicio, hubo un punto positivo y uno negativo:
+Positivo: Conocían perfectamente la plataforma de alquiler Turo y no hizo falta explicarles cómo era posible que estuviéramos conduciendo un Tesla de una persona de la que sólo sabíamos su nombre, email y teléfono, sin ser familiar ni amigo nuestro.
– Negativo: Cuando se trata de hacer un diagnóstico del vehículo que no se puede realizar en el momento, deben ponerse en contacto de nuevo únicamente con el propietario del vehículo para proceder a la solución (por lo menos en Estados Unidos). Consecuentemente, esto significaría que estaríamos unos días sin GPS y que dependeríamos del arrendatario para recibir las instrucciones.
Una vez nos hicimos a la idea de que por mucha pantalla que tuviéramos no dispondríamos de GPS por unos días, conectamos el navegador al teléfono y seguimos con la ruta.
Día 10 y 11: Costa Oeste USA: Santa Bárbara – Big Sur – Santa Cruz
El décimo y onceavo día de ruta estaban dedicados puramente a disfrutar del mar de la costa oeste del país. Habiendo dejado atrás la ciudad del cine, nos encaminamos rumbo a la ciudad californiana de Santa Bárbara. Ésta nos deleitó con un buen clima marítimo de toques mejicanos y mediterráneos que creaban un ambiente sin igual.
Tras 300 millas (482 km) de acantilados, brisa marina y azul intenso, llegamos a Santa Cruz para pasar nuestra última noche antes de llegar a San Francisco y finalizar la ruta. La gran flota de Superchargers convirtió este viaje costero en una ruta totalmente placentera. Y si paras a dormir en hoteles con cargadores, ¡más todavía!

Uno de los muchos paisajes que puedes encontrar por el Big Sur
Fuimos muy afortunados de poder hacer la ruta por el famoso Big Sur, pues desde hacía 14 meses la carretera que pasaba por la costa se encontraba cortada por el derrumbamiento de una de sus colinas. Francamente, es una ruta que es totalmente imposible no recomendar. El paso por la zona es totalmente obligatorio.
Día 12: San Jose – Tesla Factory
Conociendo que nos acercábamos a Fremont, la zona cero de Tesla, nos vimos casi obligados a buscar una estrategia para poder visitar Tesla por dentro. Después de intentos fallidos quedándonos a las puertas de las oficinas de Apple, Google o SpaceX (en Los Ángeles), debíamos encontrar una buena táctica.
Investigando un poco por la red, dimos con una pieza clave: la persona que nos había alquilado el coche trabajaba actualmente en las oficinas adjuntas a la fábrica de Tesla. Rápidamente contactamos con el personaje: el periodo de negociación acababa de comenzar y sólo disponíamos de unas horas. Sorprendentemente, se ofreció voluntariamente a invitarnos a comer a la cantina de la empresa y, ya de paso, enseñarnos un poco las oficinas, la fábrica por fuera y el Show Room de exposición. ¡Qué más se podía pedir!
Tras aparcar en las grandes extensiones de la fábrica y hacer el registro en la recepción, nos recibieron y nos hicieron un tour por las oficinas hasta llegar a la cantina. Después de quedar totalmente atónitos por todo lo que veíamos (¡y comíamos!), nos despidieron con buenos souvenirs para la posteridad. Como curiosidad, me gustaría indicar que la cantina de Tesla fue el mejor restaurante del viaje donde comimos, y no exageramos.

En la entrada de las instalaciones de la fábrica de Fremont
Nota: Por motivos de confidencialidad, no podemos explicar qué vimos ni mostrar fotografías del interior de las oficinas. Lo único que podemos compartir es algo que fue, sin duda, sorprendente. Observamos que cualquier utensilio de la cantina estaba hecho de material biodegradable. Hasta los vasos típicos de plástico estaban hechos de plantas. Los contenedores eran sólo de materia orgánica.
Esta vez no vimos a Elon Musk, pero el hecho de estar totalmente acostumbrados a ver tantos Tesla Model 3 como Audi A3 se ven por España, nos dio una cálida esperanza de tener este ambiente tan sano en Europa en poco tiempo. Vimos que el futuro ya existía, sólo hacía falta traerlo.
Una vez finalizado el viaje, y con una lagrimilla en la mirada, sólo nos queda hablar de nuestras conclusiones y recomendaciones a la hora de hacer un viaje como éste. Pero todo esto, en el próximo será el #6 y último artículo con las conclusiones de nuestra Ruta con un Tesla Model S por EEUU.