El ciudadano común sigue teniendo miedo a los vehículos eléctricos por la simple razón de que cree que “no hay dónde cargarlos”, aunque esto no sea así. Según el censo de Electromaps recogido por ANFAC, de acceso público y alimentado por una comunidad de usuarios, en España hay 32.422 puntos de recarga de acceso público al cierre del primer trimestre de 2024.
Más de la mitad de todos (18.475) se ubican en áreas urbanas y el resto (13.947) en áreas interurbanas. Respecto a ese total, el 26,66% de los puntos están inoperativos. ¿Están vandalizados? ¿Se han estropeado? ¿Carecen de mantenimiento? En algunos casos puede ser, pero el quid de la cuestión es que la mayoría de esos 8.645 puntos de recarga inactivos están pendientes de una autorización para funcionar; burocracia.
Dicha burocracia lleva un interminable proceso de 11 pasos, desde que se proyecta en un papel la instalación hasta que un cliente puede llegar y recargar al mismo. Decimos interminable en términos retóricos, en palabras más terrenales, pueden ser de uno a dos años, incluso más. Y en dicho proceso, los ciudadanos agradeceríamos un poco más de transparencia respecto a cuántos puntos de recarga tiene en barbecho cada gran operador.
Puntos de recarga (total) |
Puntos de recarga (activos) |
Puntos de recarga (inactivos) |
|
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Endesa X Way | 4.200 | 3.400 | 800 |
Iberdrola | 5.500 | 3.500 | 2.000 |
Repsol | 1.200 | 500 | 700 |
Total | 10.900 | 7.400 | 3.500 |
Por ejemplo, picando un poco de piedra podemos encontrar algunas cifras, aunque tengan meses de antigüedad. No tenemos algo parecido a un portal donde podamos conocer en tiempo real esta información. No, necesitamos que periodistas, investigadores o funcionarios vayan tirando de teléfono o correos electrónicos, acercándonos más al modus operandi en comunicaciones de la época del telégrafo, la época de Mariano José de Larra.
Por ello, operadores como Iberdrola, Endesa, Etecnic, Repsol, Wenea, etc. deberían informar a los ciudadanos de en qué punto de la burocracia están estancados cada uno de sus puntos inoperativos, para que podamos quejarnos al responsable del atasco. No sólo eso, se pueden identificar los puntos más ineficientes de la cadena, determinar si hay mejoras posibles a nivel de procedimientos o de reglamentación, y acelerar algo que es necesario para la transición energética del país.
Como vimos previamente, esa transición energética tiene un potencial salvaje de ahorro de emisiones y recursos económicos del país, pues cuantos más vehículos eléctricos circulen, menos energía tenemos que comprar a terceros países y más aprovechamos la nuestra. Y cuando hablamos de nuestra energía, hablamos de potencia y generación que, ya en 2024, es fundamentalmente renovable.
A los propios operadores les interesa publicar esa información y hacerla fácilmente disponible, ya que ayuda a distinguir culpables de inocentes. De poco le sirve a un gran operador instalar de golpe miles de puntos de recarga -tengan la potencia que tengan- si están muertos de la risa por causas ajenas a los mismos.
Y esas cosas suelen desconocerlas los clientes. Más de un empleado en una estación de servicio o guardia de seguridad de centros comerciales ha tenido que recibir quejas de usuarios de vehículos eléctricos porque un punto de recarga no funciona. Hace unos años era un problema más bien de pereza del propio operador, o de falta de mantenimiento, o de vandalismo.
En 2024, la situación es diferente. La inmensa mayoría de esos puntos de recarga que se han ido sumando con Electromaps están parados por causas administrativas, no técnicas, y de nada están sirviendo para la función que deberían tener. Pero aunque todos estuviesen funcionando y el porcentaje de inactivos fuese ridículo, la realidad es que España sigue muy lejos de los objetivos de despliegue de esta infraestructura, clave para la proliferación de los vehículos eléctricos.
Una vez más, se trata de un problema administrativo. La transición energética está sucediendo en España por encima de nuestras posibilidades. Si Mariano José de Larra viviese en nuestra época, habría hecho una versión diferente del célebre “Vuelva usted mañana” (1833). Algunas cosas no cambian ni en casi 200 años, es así de triste.
Señores operadores, compartan con nosotros esa información. Vamos a agradecerla muchísimo, y nos servirá para apretarle las tuercas a la Administración. Esa información ya la tienen en sus sistemas informáticos, sólo han de hacerla fluir a canales de comunicación públicos. Hoy día, hasta se puede automatizar todo el proceso con inteligencia artificial, y eso incluye producir notas de prensa o videonoticias sin que nadie tenga que mover un sólo dedo.