

Recuerdo, a primeros de 2016, cuando comencé a ver vídeos de un tal Saúl López. ¡Qué momentos! Era un hombre gracioso, hablaba bien y se explicaba mejor. Su sencillez, naturalidad y forma de dar a conocer la movilidad eléctrica llegó a muchos. Y entre todos ellos, también estaba yo.
Tras mucho leer, informarme, preguntar, probar eléctricos y visitar concesionarios, me surgieron dos oportunidades inesperadas. Por un lado, los astros del universo se alinearon, para facilitarme la compra de un Tesla Model S 75 de inventario en España, algo impensable para mí. Y por otro, casi simultáneamente, colaborar como redactor en esta web, preámbulo de otras.

¿Pensando en pequeño?
La mayor parte de las veces escribo y hablo desde mi experiencia, pues en realidad, uno no puede hablar de lo que no conoce. Y en verdad, no se conoce lo que no has vivido. Como se suele decir “la experiencia es un grado“, o si te gusta más, “sabe más el diablo por viejo que por diablo“.
Si bien es cierto, el sistema educativo instaurado sigue este mismo patrón: repetir conocimientos sin ton ni son. Pero éste es otro tema diferente ya tratado con anterioridad.
Con mi experiencia no trato de convencer, sino de despertar mentes y dar otros puntos de vista que hagan reflexionar. Espero que, aunque sólo sea a un mínimo porcentaje, el mensaje cale. En definitiva, que cada individuo se cuestione la realidad que vive.
Nuestra realidad está basada en cómo vivimos lo que vivimos. Por eso, una misma realidad es vivida de diferente modo por dos individuos.
Para unos el mensaje que cala es “Tesla es un coche de ricos“, “yo no me lo puedo permitir“, “desde el asiento de tu Tesla se ve muy fácil“, “ya verás cuando lleguen las averías” o “dentro de 5 años cuando tengas que cambiar la batería…” y así podría seguir largo y tendido. He mencionado Tesla, pero si hubiera dicho vehículo eléctrico, también serviría, pues para muchos todos los eléctricos son caros.
La inmensa mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos lo somos motivados por una convicción ecológica. Y los propietarios de coches Tesla, no somos diferentes. Y aquí es donde quería llegar.
Sostenibilidad, eficiencia, autoconsumo y las tres erres
Si perseguimos un mundo sostenible, ¿tiene sentido cambiar mi coche de combustión que no muevo, por uno eléctrico que tampoco muevo? Conozco personas en mi círculo cercano que tienen un coche que apenas usan y están esperando que bajen los precios de los eléctricos para comprarse uno. Recorro entre 5.000 y 10.000 km al año, ¿necesito un coche en propiedad? ¡Quizás sea más rentable y ecológico que alquile un coche!
Vamos por la vida viendo la mierda que sueltan los coches por sus tubos de escape, pero no vemos la que deja nuestro coche detrás. O dicho de otra forma, vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

Las 3 erres: Reducir, Reciclar y Reutilizar
También existe el otro extremo. Tengo dos o tres coches, no puedo conducirlos simultáneamente, pero son eléctricos y no contaminan. ¿Persigo la ecología? Entonces, quizás tenga que reflexionar sobre el impacto que supone fabricar un vehículo que no voy a usar. Ojo, aquí hablamos de vehículos, pero podríamos aplicarlos a la comida, que en su extremo llevaría a la gula. O a la ropa, pues hay muchas personas que compran ropa que luego no usan nunca. Esta lista es interminable bajo este sistema capitalista-consumista en el que vivimos. Cuyo máximo exponente de compras compulsivas se encuentra en Internet.
Y otro grupo interesante es el de: como mi coche es eléctrico puedo ir a la velocidad que quiera, pues aunque consuma más no contamina. ¿De verdad lo creo? No olvidemos las premisas de las que hemos partido: sostenibilidad, eficiencia y autoconsumo. No parece muy eficiente un coche que consuma 10 litros por cada 100 kilómetros recorridos o uno que consuma 20 ó 30 kWh a los 100 (no quiero dar nombres de ningún Jaguar).
Si además, a esta ecuación le añadimos las variables de Reducir, Reutilizar y Reciclar, posiblemente tengamos la solución perfecta para el objetivo que perseguimos.

Reflexionemos sobre esto
Evidentemente, cada caso es un mundo: no pretendo juzgar las situaciones expuestas; únicamente pretendo que cada uno se cuestione su realidad.
Para ser ecológico hay que ser rico, y yo no me puedo permitir un Tesla.
No hace falta tener un Tesla o un coche eléctrico para perseguir unos objetivos ecológicos.
No digo que te compres un coche eléctrico y no quiero incentivar eso como si se tratase de una moda. No es la solución.
Tesla, las automovilísticas y sus motivaciones
Una de las principales motivaciones que ha tenido siempre Elon Musk con Tesla, ha sido la de “acelerar la transición hacia una movilidad eléctrica y sostenible“. Elon no buscaba hacerse millonario; de hecho ya lo era. Su empresa incentiva, con valores no monetarios, sus objetivos. Y no hay nada más poderoso en este mundo que la fe. O si lo prefieres, la creencia.
Si crees en algo, las posibilidades de éxito son mayúsculas.
Si tengo una convicción ciega en lo que hago, no hay nada (ni dinero), ni nadie que me pare.

Tenemos el mundo en nuestras manos.

Me voy a ser feliz, no sé cuando vuelvo.
La filosofía de Tesla podrá gustar más o menos, pero es evidente que donde no gusta es entre las grandes empresas automovilísticas. No pueden luchar contra esta idea, ya que para las empresas tradicionales siempre priman los intereses económicos frente a los vocacionales.
Tesla, una empresa que antepone sus valores a la cuenta de resultados.
Con esto sólo quiero decir que no debemos hace negocio de la movilidad eléctrica sostenible (ni de la comida, ni de la ropa…) Pues lucrarse uno mismo, fomentando un modelo consumista, no es más que dar la razón al propio sistema, que es el que nos ha llevado hasta la situación actual.
Cambiar vehículos térmicos por eléctricos no es una fórmula exacta, no demos la razón con nuestros actos a aquellos que así lo creen.
Nuestro fiel seguidor Christof Sappel ya nos enseñó que tener más no es sinónimo de ser feliz.

Pirámide de Maslow, jerarquía de las necesidades humanas.
Para terminar, os dejo con un vídeo viral. Una conocida empresa low cost estadounidense montó una tienda ficticia de lujo: Palessi. Invitó a los youtubers e influencers del sector al acto de presentación. Allí se probaron los artículos disponibles a la venta, mientras daban su opinión a los medios de comunicación. Esto es lo que sucedió:
1 Comentario. Dejar nuevo
La temperatura actual en mi casa son 23°.
El ventilador de la calefacción solar está chupando un poco de humo (partículas) de la chimenéa del vecino, que está quemando leña de pino.
Huele a Navidad y Reyes Magos. ¡ Que rrrrico !
El planeta todavía ofrece soluciones gratuitas y si respetamos la ley de las 3 erres tal vez lo sigue haciendo.