Encuentra las siete diferencias

Mientras buscas las siete diferencias, yo te cuento sin rodeos la principal similitud: el humo en ambos casos te puede matar, tanto si eres el usuario del invento, como si eres consumidor pasivo. Es decir, que si eres un fumador empedernido tienes más papeletas de llenarte los pulmones de porquería que si eres un familiar que sufre los malos humos del que fuma, pero en ambos casos te afecta. Te guste reconocerlo, o no.

Si conduces un vehículo con motor de combustión interna estarás más expuesto que un hippie que vive en el monte rodeado de árboles, pero éste también experimentará, sin quererlo, los malos humos de la combustión, aunque en menor medida. Es cierto que dejarlo no es fácil. Pero quien lo intenta no suele recaer (siempre habrá algún caso, qué le vamos a hacer). Y sé que hay apaños, pero no terminan de ser la solución. Me refiero a los parches de nicotina o a los vehículos híbridos (esa tomadura de pelo). Si lo dejas, se acabó. Sin medias tintas: cariño, tenemos que hablar. Fin.

¿Quién no se ha despistado alguna vez con las croquetas en la sartén y ha llenado la cocina de humo? ¿A que no es agradable? ¿A que toses sin poderlo remediar? ¿A que vas corriendo a abrir las ventanas más cercanas para hacer corriente y sacar rápido ese humo que tanto te molesta?

El humo es malo; no mola.

Como todo el mundo, conozco montones de personas que fuman (quizá tú seas una de ellas) y defienden su derecho a fumar. Pero a mí me gusta defender mi derecho a respirar el aire más limpio posible.

Y como todo el mundo, conozco montones de personas que conducen térmicos y defienden a cuchillo los vehículos que conducen (no hay más que leer algunos comentarios a los artículos de esta web). Pero nos estamos cargando el planeta, nos guste reconocerlo o no.

Vale, vale, vale, Hugo, Huguito, para el carro, que me estás rayando hoy especialmente, macho. A ver si no me voy a poder fumar un cigarro de vez en cuando. Y a ver si te crees que voy a llevar mi HDi al desguace para cambiarlo mañana por una de esas cosas a pilas que defiendes y que también contaminan. A ver, ¿tú no fumas? Como un Carretero (me apellido así…) pero nunca he dado una calada: no me llama la atención. Si te deja esa peste en la ropa a saber cómo te deja por dentro. ¿Y tu coche es eléctrico? Todavía no. Lo que hay actualmente en el mercado aún no satisface mis necesidades, pero no por eso critico a los eléctricos, al contrario. Aunque este debate va más allá de la guerra térmicos frente a eléctricos.

Siempre que puedo, voy andando. Siendo estudiante iba desde Amara hasta El Antiguo, en San Sebastián; trabajando en Zaragoza iba desde el parque Miraflores al polígono Cogullada; viviendo en Nuevo Artica, en Pamplona, iba al centro y, hace unos días, haciendo el guiri por Madrid, me iba sin problemas de Tirso de Molina al parque del Retiro. Pasear es muy sano. Sano como no fumar.

Sí, claro, ¿y si tienes que ir más lejos o llegar más rápido? Pues tienes las bicis, o los patinetes. No quiero llegar sudado. Entonces tienes el transporte público. Ir en tu coche, incluso si éste es eléctrico, es la última opción que debes tomar. Ya, todo eso suena muy bien, pero yo tengo mi curro a 30 km y no tengo trenes ni autobuses hasta allí, y los eléctricos son muy caros. Estás igual que yo. Pero la tecnología avanza rápido y en no demasiado tiempo los vehículos eléctricos estarán en igualdad de precio y prestaciones (digamos autonomía) que los térmicos convencionales: yo ya tengo reservado un Model 3 y después de probar un Model S lo veo aún más claro. Y si haces números, verás que un eléctrico no es tan caro. Incluso un Tesla, como puedes ver aquí.

Entonces, ¿has encontrado las siete diferencias? Hombre, he encontrado unas cuantas más. Obvio. Y de la similitud, ¿qué me dices? ¿Te vas convenciendo, o te dejo el cenicero?