Hoy quiero hacer un experimento: narrarte yo en primera persona este artículo sobre si el carné de conducir se pasara a lo eléctrico. Aunque si lo prefieres, puedes ir también a la versión escrita.
Versión escrita
¿Y por qué no? Ya se han pasado a lo eléctrico muchos coches. Y motos. Y algunas guitarras. También algunos exprimidores de limones y hasta cepillos de dientes. Incluso algunas sillas, de las que un impresentable llamado Edison hizo una espantosa publicidad.
Así que, ¿por qué no iba a poder pasarse a lo eléctrico el permiso de conducir?
Ayer fue el primer aniversario de esta web; hoy seguimos de cumpleaños, puesto que me caen cuarenta y pocos, así que permíteme que me tome la licencia de contarte una historia que seguramente no conocerás.
Corría el año 2002 cuando la Dirección General de Tráfico publicó en una revista que ella misma editaba la noticia que nos ocupa. De hecho le dedicó la portada de aquel ejemplar.
En el interior de la revista se nos mostraba un futuro peculiar, donde los vehículos, con forma ovoide, no volarían, pero sí tendrían interesantes avances técnicos. No se especificaba si serían eléctricos o seguirían siendo los tradicionales térmicos, aunque se dejaba claro que el permiso de conducir sí iba a ser eléctrico.
Hugo, ¿has dicho eléctrico? Pero si por aquel entonces el carné de conducir era un cartón rosa… Una sábana de papel que llevábamos doblada en tres para que entrara en la cartera. Me acuerdo perfectamente.
Así es. ¿Para qué servía este carné de conducir eléctrico? Muy sencillo: era un documento similar a la tarjeta del banco (en aquellos años ya existían) que se comunicaba con el vehículo cuando nos poníamos al volante. Si el carné estaba en regla el vehículo se ponía en marcha; si no, no. En las páginas interiores lo dejaban muy claro:
Guau, qué avanzados estábamos en Españistán en 2002. Con ese carné eléctrico sólo podrían conducir los conductores responsables; los que no tuvieran puntos o los que no tuvieran carné, no podían circular.
Efectivamente. Lo mismo pasaría si el vehículo no tuviese el seguro en vigor. O si no hubiese pasado la ITV. O…
Vaya, parece interesante… Pero has hablado de 2002 y estamos acabando 2018. Yo nunca he oído hablar de esta propuesta.
Claro. ¿Sabes qué pasa? Que la idea no era de la DGT. La copiaron de mi Proyecto Fin de Carrera, presentado el año anterior. Y como hoy en día cualquier político dice tener ciertos estudios y no ser cierto, te muestro una foto de los dos tochos que presenté: en uno detallaba la idea y en el más pequeño, un listado de empresas que la podrían llevar a la práctica, así como los equipos necesarios. También muestro el acuse de recibo de Tráfico, fechado antes de la publicación de esa revista.
Lo anunciado en la revista era una copia, sí. De hecho era una mala copia: pretendían meter toda esa información en una única tarjeta, cuando en mi proyecto quedaba claro que se debía emplear dos: una para el conductor, que haría las veces de carné de conducir, y otra para el vehículo, que incluiría los datos de éste: documentación, seguro, ITV, historial de reparaciones, etc. De hecho en la primera tarjeta podríamos tener más datos, como podría ser nuestro historial médico, muy interesante en caso de un accidente. ¿De qué nos sirve llevar en la cartera varias tarjetas de plástico (DNI, carné de conducir, tarjeta médica…) donde se repite la misma, y escasa, información?
Entonces, ¿no llevaron esto a la práctica porque la idea era tuya?
No. Yo no he dicho que la idea fuera mía. Yo también la copié. Así que lo reconozco, antes de que algún avispado periodista me descubra y me obligue a dimitir (observa el tono irónico). Yo introduje mejoras y, como digo, listé una serie de empresas que la podrían llevar a la práctica.
La idea en sí era de mi padre, que la patentó, para tener un documento que presentar, en lugar de ir simplemente con una idea en la cabeza. Por tanto puede decirse que la idea y yo somos hermanos. De nuevo, te muestro una imagen para que veas que no miento:
Vale, entonces la DGT no pudo poner esto en marcha porque lo habíais patentado y os tenían que pagar… Desde luego… cómo sois. Cuántas vidas podrían haberse salvado de haberse eliminado de la carretera a los conductores irresponsables.
Nosotros jamás pedimos dinero a nadie. De hecho invertimos muchísimo tiempo y dinero nuestro a cambio de nada. Es más, sí que hubo un par de políticos que nos pidieron dinero (25 millones de pesetas si mal no recuerdo) para empezar a hablar del tema en Madrid. No daré nombres, porque eran dos pobres diablos que desconocían que en Madrid ya estaban al tanto de todo. Seguro que no te sorprende que en España haya políticos que pretenden sacar tajada por hacer el trabajo para el que ya están bien pagados.
No me hables de políticos… Entonces ¿cuál fue el impedimento para que esto saliera adelante?
Supongo que fue una mezcla de factores. Para empezar, dos particulares estaban sacando los colores a un organismo destinado, teóricamente, a velar por nuestra seguridad. Uno de aquellos responsables incluso se lo reconoció a mi padre: Usted quiere avanzar demasiado y demasiado rápido, Manuel. Aquello les quedaba demasiado grande: no tienes más que ver la carta de más arriba, donde desde la propia DGT se me remite a otro Ministerio, el cual a su vez me remitió a otra ventanilla. De haber contado con su apoyo habría sido más fácil convencer a algunas empresas con las que contactaba para la implantación del proyecto.
Por otra parte, y posiblemente fuera el motivo más importante, algún jefazo de la Degeté, o político de alto cargo, debió de pensar… Si todos los conductores y vehículos circulan de forma legal, ¿a quién multamos nosotros? Y encerraron en un cajón todo aquel papeleo que les habíamos enviado.
Por tanto yo no tengo ninguna duda de que la DGT tiene un carácter meramente sancionador, lo cual es algo que mucha gente sospecha. En lugar de poner los medios para que las normas se cumplan, se ponen los medios para detectar a posibles infractores. Efectivamente: radares. O helicópteros ultra-costosos. De hecho uno de mis contactos en la DGT así me lo explicó con el siguiente ejemplo: Nosotros (la autoridad) no podemos impedir que se vendan armas, pero sí podemos tomar medidas si detectamos a alguien empleando una de manera ilegal.
Cierto. Lo que pasa es que tal vez sea demasiado tarde. Lo mismo que cuando detectáis a un adolescente que, obviamente sin carné, ha tomado prestado el coche de su padre y ha atropellado a un peatón. Tema aparte es debatir si la formación que recibimos al examinarnos es la adecuada; pero alguien que ni siquiera ha pasado esas pruebas mínimas no debería conducir. Considero más necesarias las patrullas de Tráfico de la Guardia Civil ayudando a los conductores que persiguiéndoles escondidas con un radar en la mano.
Es que Españistán no es el mejor país para tener ideas, Hugo. ¿No probasteis a llevar esto al extranjero?
Claro. Gracias a Baguer, uno de mis profesores, contacté con Opel España, la cual envió algo de información a General Motors. Al tiempo recibí una escueta carta remitida desde la sede de GM en Detroit, donde simplemente me decían: “cada año recibimos montones de propuestas; mándame toda la información que tengas, que si me interesa la llevaré a cabo por mi cuenta”.
Evidentemente no queríamos quedarnos al margen, no fuera que, por ejemplo, ellos también pensaran emplear una única tarjeta, por lo que ahí se quedó todo.
Cierto día nos cargamos de información en perfecto castellano y nos animamos a viajar a Pau, en Francia, para regalar literalmente la idea a los responsables de Sécurité Routière de aquella ciudad. He de decir que la patente tenía validez solamente en España aunque Baguer me dijera: Esto hay que llevarlo a Bruselas, joé.
Al empezar a contarle la película a la tipa de recepción noté que aquello no iba a acabar bien. Efectivamente, no nos dejó pasar. Así que le solté resignado un Et qu’est-ce qu’on peut faire, alors? que me salió del alma. La tipa de recepción me miró con cara de póquer y se encogió de hombros, como diciendo a mí qué me cuentas; haber pedido cita antes de venir. Sí recogió todo el papeleo que le dejamos sobre la mesa, aunque seguramente de ahí fuera directo a alguna papelera.
Reconozco que pecamos de inocentes, pensando que nos iban a atender encantados. Hubo alguna tímida tentativa más, pero con el mismo éxito que las anteriores. Así que seguimos intentándolo en España. Al menos hablaban nuestro idioma. Y podían ser ellos los que llevaran la idea a Bruselas, y colgarse la medalla, de la misma forma que vino aquí el carné por puntos ideado en otro país.
Hombre, quizá la DGT prefería llenar de radares las carreteras, pero esto les interesaría a las aseguradoras porque si no te entiendo mal, se acabaría con la gente que circula sin seguro. ¿No os apoyaron?
Buena observación. Lo cierto es que no. Por lo general la gente que circula sin seguro obligatorio es precisamente gente que ya empieza mal, incumpliendo las normas, por lo que no son los conductores más apetecibles a los que asegurar. Normalmente son conductores propensos a tener accidentes e incluso muchas aseguradoras se niegan a darles cobertura. O lo que es lo mismo: les ofrece unos precios elevados. Es el pez que se muerde la cola.
Por otra parte, el sistema no sólo actuaba en el momento de poner en marcha el vehículo, sino que, en función del tipo de permiso del conductor, limitaba la velocidad máxima. Por ejemplo, un mismo automóvil, conducido por un novel con la “L” en el cristal posterior, solamente podría alcanzar 80 km/h.
Pero esto es bueno…
Para ti. No para las aseguradoras. ¿Sabes qué respondió a esto un alto cargo de ese mundillo de los seguros?: Preferimos que la gente se mate a 180 km/h; salen más baratas las indemnizaciones, que tener gente de por vida en una silla de ruedas.
Qué me estás contando…
Su opinión era que, si la DGT les obligaba a cumplir con este proyecto, lo acatarían a regañadientes. En caso contrario no iban a dar su apoyo. Y ya he explicado cuál era la postura de la DGT.
Pero claro, tanto insistir… A la Degeté no le quedó más remedio que pasarle el marrón a otro. Así que el bueno de Pere Navarro nos remitió a la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) para que éstos realizasen un examen de la idea propuesta. Como si haber fabricado un prototipo para superar el proceso de una patente, con su Informe sobre el Estado de la Técnica incluido, no fuese suficiente.
¿Y os suspendieron?
Pues no sé decirte. Porque cuando preguntaba a mi amigo Pere éste me remitía a FITSA, y cuando me dirigía a FITSA me decían que ellos no eran quiénes para facilitarme los resultados de un informe que les había encargado la DGT.
De no haber sido un informe favorable os lo habrían hecho saber para que dejarais de molestar.
O para que lo mejorásemos, que habría sido algo positivo. Pero no hubo respuesta de ningún tipo. Al tiempo supe que aquel responsable de FITSA con el que contacté se pasó a lo eléctrico, pues trabaja en la implantación del vehículo eléctrico en España, de lo cual me alegro mucho.
Bueno, bueno. Supongamos que superáis todos los exámenes y deciden poner esto en marcha. Nos iba a costar una pasta a todos y además no se podrían cambiar de un día para otro los documentos.
Tú mismo has dicho que hace años teníamos un cartón rosa en la cartera, que progresivamente se ha ido sustituyendo por una tarjeta más pequeña, con lo cual ya tienes respuesta a tu segunda objeción; en cuanto al coste… puede que en aquellos años, por aquello de ser tecnología relativamente nueva, tuviera un coste mayor que el arranque mediante una llave. Pero mi idea no era que lo costeásemos entre los usuarios, sino que lo sufragaran empresas que pudieran sacar algún beneficio con el empleo de las tarjetas, como son las empresas de telefonía o banca. Supongo que habrían estado encantados de facilitarte el carné de conducir con el que puedes conectarte a internet, o el seguro obligatorio, puesto que todas las aseguradoras están de alguna manera asociadas a bancos.
Mira Hugo, todo esto suena muy novedoso y tal, pero para mí que te has quedado con nosotros gastando una broma por tu cumpleaños. Hace años existen los coches que arrancan con tarjetas, como aquel Renault Laguna y el Mercedes Clase S. Pero de ahí a lo que has contado… Tiene que ser una broma.
Pues no. De hecho hace pocos días lo conté de forma mucho más resumida en La Ventana, (minuto 49:35), el programa de la Cadena SER. Por si no quieres escuchar el programa entero, te dejo aquí la parte de la breve entrevista. Son apenas cinco minutos, los cuales quiero agradecer tanto a Juan López como a Roberto Sánchez desde estas líneas.
Les dejaste un poco fríos con tu respuesta a cómo se le ocurrió esto a tu padre…
Cierto, pero no disponíamos de mucho tiempo. Mi padre, ya jubilado, ha sido chapista toda su vida laboral. Muchas veces le ha tocado reparar vehículos sin seguro accidentados, de los cuales nadie se quiere hacer cargo, o vehículos conducidos por personas sin carné, o con uno falsificado… incluso adolescentes. Ha visto durante toda su vida fraudes a las aseguradoras y resultados de muchos siniestros que podrían haberse evitado. De ahí que pensara en esta posible solución.
El carné por puntos que nos trajo (también copiado) de otro país Pere Navarro en realidad no mejora nada. ¿Qué me impide a mí seguir conduciendo una vez que me han retirado todos los puntos? Pero claro, es que “si te pillan” te vuelven a multar. Como dice mi padre, el carné por puntos es como el Traje del emperador de Hans Christian Andersen: en realidad nadie lo ha visto, porque no existe… mientras que su carné “eléctrico” existía físicamente y su finalidad no era la de recaudar, sino ayudar a salvar vidas.
Esperemos que llegue pronto la conducción autónoma. Porque una cosa te digo: cuando haya más eléctricos en España, con su aceleración y agilidad… y con la cantidad de piloto frustrado que circula por ahí… va a haber tortas como panes.
14 Comentarios. Dejar nuevo
FLIPO.
Hay que ver de qué gente dependemos. Como dicen los periodistas, una pena que no hayáis nacido más cerca de Silicon Valley y en otra época.
Eso sí, se te va mucho la pinza, Hugo. Feliz cumpleaños
Muchas gracias, Montegrifo.
Quería darle un tono cómico, aunque de gracioso no tiene nada en absoluto.
Salu2
Muy interesante artículo.
¿Plantearías algún problema relacionado con la ley de protección de datos? Ojo con la información personal que se podría intercambiar (quienes somos, a dónde y por dónde vamos, con qué coche…).
Por otro lado, tengo dudas éticas acerca de si debería ser posible “evitar” un delito. No soy un experto en derecho, pero no me sorprendería que exista teoría jurídica al respecto de impedir vs castigar los delitos. Es como si obligaras a un arma de fuego a sólo funcionar si detecta una huella dactilar en el gatillo, y dicha huella corresponda con alguien que tenga permisos de armas, o que sea el legítimo dueño de dicho arma. No sé, no soy jurista pero no me sorprendería que existan estudios al respecto.
Gracias, Ángel.
Lo que planteas es interesante. Yo también me pregunté si sería posible prestar el vehículo junto con el permiso de conducir a alguien que no puede conducirlo, por lo que una de las opciones que propuse fue la de emplear un lector de huellas (o algún otro tipo de control biométrico), que también podría servir para verificar si el conductor ha consumido sustancias que dieran positivo en un control de alcohol o de drogas.
En cuanto a la protección de datos… Obviamente no podría acceder cualquiera a los datos de las tarjetas, sino solamente las entidades correspondientes. Por ejemplo: los datos médicos sólo serían accesibles por personal sanitario; los datos relativos al permiso de conducir, solamente por la autoridad competente.
De todas formas, mi banco sabe qué compro, a qué precio o cuándo lo hago. Se sabe lo que ingreso y lo que gasto. Qué páginas web visito. Qué reciclo o qué no. Y para saber dónde estoy… sí, estoy atado a un smartphone. No somos tan libres como pensamos. Y no sólo Facebook maneja nuestros datos.
Pero sí, es interesante lo que planteas.
Salu2
Mi dueño es uno de éstos pilotos frustrados,
saca lo máximo de mi pobre motorcito diésel cuando divisa un TESLA, que esta recuperando corriente cuesta abajo.
Pero no es culpa de el . . .es el “gén alfa” que muchos todavía conservan. Ántes eran los caballos rápidos, después las motitos preparadas y al fin los fórmula 1, todo para fardar e impresionar a las mujeres.
Yo seguiré unos añitos mas( el próximo cumpliré 20) hasta que séa “histórico” y después serviré como generador para cargar el SONO-SION y viviremos en coexistencia pacífica.
( no estoy hablando de Inglaterra , ni de Cataluña).
ENENRRRRRRRRRR
Esto era un plágio descarado de Luna.
¡ Lo escribí yó ” La Pulga”!
Ella ni saluda, ni te deséa un FELIZ CUMPLEAñOS
¡ COMO YO!
Feliz Cumpleaños Hugo,
no te voy a comparar con Pedro Sanchez, porque eres más inteligente, por formar parte del
” Cuarto Poder”. Aún así estás copiando idéas.
Todo lo que tú propones, que puede funcionar através de una tarjeta, también funcionaría con el GPS( este era mí invento). Te avisaría tres veces de las infracciones que has conmetido y a la cuarta de la cantidad de multa, que ha descontado de tu cuenta.
Los pilotos, como el de “La Pulga” estarían totalmente endeudados.
Salu2 . . . . . y no corras tanto(escribiendo)
Gracias por la felicitación, y por no compararme con Pedro Sánchez, Christof.
No estoy copiando ideas. Ten en cuenta que lo que he contado hoy era una aplicación nueva hace muchos años empleando tecnología existente entonces. Copié la idea de mi padre, sí, y añadí mejoras; ya he dicho que la idea no era mía.
Un GPS te controla. Te vigila por dónde vas y a qué velocidad te mueves. Esa parte a nosotros no nos interesaba. Solamente queríamos poner los medios necesarios para hacer cumplir las normas: quien las cumple, puede circular; quien no, se queda sin poder arrancar.
Habla de mi parte con el piloto de La Pulga y dile que se tome con calma sus desplazamientos. Yendo más despacio consumirá menos gasoil y contaminará menos.
Recuerdos a Luna…
Excelente artículo, Hugo. Te hace reflexionar sobre muchas cosas.
Ésa era la idea, Miguel. Ése es mi objetivo siempre con mis artículos: hacer pensar al lector.
Me alegra que te haya gustado.
Salu2
La idea que teneis es muy buena , la pena es que vivamos en España y que el organo que supuestamente vela por la seguridad de los conductores y otros usuarioa de la vía les interese más recaudar con radares, carnets por puntos, cursitos y exámenes donde pesa más la voz de un funcionario sentado en el asiento de atrás que la pericia real del conductor, todo eso interesa más que evitar las miles de muertes en accidentes de tráfico. Es triste pero esto es España.
Así es, Edgar. Hemos podido llevar a Europa una idea novedosa y sacar pecho… Pero ha primado la avaricia y la dejadez (o simple incompetencia) frente a la seguridad vial para la que se supone que se trabaja.
Excelente artículo Hugo. Original ameno y sorprendente…ahh!!!!! Y que cumplas muuuuuchos más. Un abrazo!!!
Muchas gracias, Luis.
Me alegra que te haya gustado, seguramente más que a la Degeté.
Abrazos