Si el “internet de las cosas” nos está llevando a un nivel de “inteligencia en los objetos” muy característica, muchas veces nos preguntamos hasta dónde llegarán nuestros progresos en este sentido, Neuralink es un paso más allá.
Todos conocemos a Elon Musk y sus innumerables proyectos tecnológicos, pero lo que quizás no se conozca tanto es su proyecto Neuralink.
Rios de tinta han corrido, desde innumerables puntos de vista, con el autopilot de Tesla. Criticado y alabado con la misma pasión, esto que nos parece una posibilidad bastante cercana y tangible es un aperitivo comparado con lo que nos viene encima, en un futuro quizás no muy lejano.
Pero… ¿qué es Neuralink? pues ni más ni menos que el ambicioso proyecto de conectar nuestro cerebro con las computadoras. Es decir, ya no sólo se van a “hablar” las máquinas entre sí: ahora lo que están estudiando es diseñar una especie de telepatía con nuestros objetos cotidianos mediante implantes neuronales. En palabras de sus creadores: “interfaces de cerebros y máquinas de ancho de banda ultra alta, para conectar humanos y computadoras“. Será como un “sombrero mágico para el cerebro“.
Si bien este tipo de investigaciones se usan hoy día para la prevención, detección o tratamiento de enfermedades cerebrales (por ejemplo el Parkinson) sus principios se remontan a los años 70 cuando José Delgado (investigador de Yale) experimentó con implantes cerebrales en monos, gatos e incluso humanos.
Existe un gran hermetismo alrededor de este proyecto futuro. Se sabe, por ejemplo, que la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa ha invertido hasta el momento 65 millones de dólares. O que, en su escaso año de existencia, ya tienen proyectos de experimentación con ratones: según el biógrafo de E. Musk (Ashlee Vance) “…el CEO de Tesla se planteó en un principio el envío de ratones a Marte en los primeros lanzamientos de SpaceX“.
Todos sabemos cómo se calienta el Sr. Musk tuiteando sin piedad todos sus proyectos; sobre todo en lo referente a Tesla y Space-X, pero de Neuralink no suelta prenda por mucho que se le pregunte. Incluso en el mismo edificio comparte proyecto con otra empresa afiliada llamada OpenAI.
Como anécdota decir que llama la atención la cantidad de Teslas que están aparcados en el parking del edificio. Pero de aquí a que se pueda implementar algo que “conecte” nuestro cerebro con el vehículo va un gran paso. Sin embargo, el psiquiatra-ingeniero Gizmodo Alik Widge está convencido de que sus estudios en el Hospital General de Massachusetts sobre la estimulación eléctrica y cerebral magnética abrirán muchas puertas al respecto. Según este visionario, en pocos años tendremos dispositivos que harán del automóvil un transporte increíble gracias al desarrollo de la nanotecnología y los microdispositivos. Defensor de pruebas en animales, manifiesta que el riesgo para estos seres vivos es “increíblemente bajo”. Recordemos que el uso de roedores está exento de la Ley de Bienestar animal en USA. Estos ensayos han sido descubiertos por los periodistas a causa de la necesidad que existe en California de solicitar permisos en pruebas con ratas o ratones.
¿Cómo está actualmente el tema? Según los informes que hemos podido consultar, una opción que se está considerando es el “polvo neuronal”, que no es ni más ni menos que diminutas partículas de silicio que se rocían en el cerebro y se monitorizan mediante ultrasonido, proporcionando información sobre lo que está sucediendo dentro de nuestro sistema nervioso central.
Sin duda un tema apasionante que tiene aún mucho recorrido. Como decía el genial Arthur C. Clarke: ” Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia“. Lo que la ciencia nos aporte que no nos lo quite la razón de la verdad.
1 Comentario. Dejar nuevo
Hola Luis,
creo, que al ” GRÁN HERMANO” no le interesa el “CAMBIO DE PARADIGMA”.
Volver a las raices, descubrir el minimalismo, buscar lo que queda de la naturaleza, tratar de frenar el saquéo del planeta y dejarlo habitable para futuras generaciones.
Auque no lo logremos, ésta lucha nos puede dar más felicidad, que adquirir cada vez más “bienes” y poder.
Un saludo.