

Últimamente se habla más que nunca sobre la contaminación del aire, especialmente en las grandes ciudades como Madrid, donde la semana pasada los altos niveles de contaminación han obligado restringir el tráfico durante varios días. Gobiernos y ayuntamientos en toda España y muchos otros países han empezado a promover la reducción e incluso prohibición del tráfico en ciertas zonas. Todos hemos oído hablar de los gases de efecto invernadero como el CO2 pero, ¿hay más contaminantes? ¿qué efectos tienen, y por qué se los relaciona con el tráfico? Desde aquí te ayudamos con esta guía simple a conocer algunos de los principales contaminantes atmosféricos.
El dióxido de carbono o CO2 es el más conocido, pero no el único. Principal indicador de la actividad humana en general, se forma al quemar hidrocarburos, pero también es el gas que exhalamos al respirar. Este gas incoloro y con un ligero olor ácido puede producir mareos y dolores de cabeza a bajas concentraciones, pero su mayor peligro es para el medio ambiente, siendo el principal gas de efecto invernadero y causante del cambio climático.
En segundo lugar, otro gas muy contaminante y del que seguramente habréis oído hablar es el óxido de nitrógeno o NOX, que tan mala fama han dado a los diésel. Este gas, formado por un átomo de nitrógeno y varios átomos de oxigeno (NO, NO2, NO3…), se forma debido a la reacción del nitrógeno presente en combustibles fósiles como el carbón o el diésel y es muy peligroso para la salud humana, ya que puede producir daños en los pulmones e incluso en el ADN, lo que puede acabar en cáncer. En presencia de humedad ambiental, además, produce la conocida lluvia ácida.
En tercer lugar, otro de los principales contaminantes son las partículas en suspensión (PM o particulate matter en inglés), pequeñas partículas sólidas o líquidas del tamaño de micras (milésimas de milímetro) producidas por la combustión parcial del carburante en los motores de los vehículos, y que suelen dar color al humo (negro, azulado, gris…) lo que popularmente se conoce como hollín. Clasificadas según su tamaño, las más peligrosas son las que están por debajo de las 10 micras (PM10) y las 2’5 micras (PM2’5). Para hacernos una idea, tienen el diámetro de una décima (PM10) y de una vigesimoquinta (PM2’5) parte del diámetro de un pelo. Su peligro radica precisamente en su tamaño, ya que éstas tan pequeñas pueden traspasar las membranas de los pulmones y dañar nuestros órganos, produciendo asma, diversos tipos de cáncer, problemas en el desarrollo del feto y en el cerebro de los niños e incluso la muerte prematura. Estas partículas tan pequeñas, además tienen un inequívoco origen humano, ya que las partículas en suspensión de origen natural (cenizas volcánicas, polvo del desierto, sal marina, etc.) son de mayor tamaño que las producidas por nosotros.
En cuarto lugar, un contaminante menos conocido es el dióxido de azufre o SO2. Este gas incoloro y de olor agrio se produce de la misma forma que los NOx por la combustión incompleta o imperfecta de combustibles fósiles. Aunque se intenta eliminar durante el refinamiento, pueden quedar pequeñas cantidades. Su inhalación produce problemas respiratorios, riesgo de parto prematuro e incluso la muerte prematura. Además, en contacto con agua, puede producir ácido sulfúrico, otro de los componentes de la lluvia ácida.
Por último pero no menos importante encontramos el ozono (O3), un gas incoloro y de característico olor picante que se forma al reaccionar el óxido de nitrógeno y los hidrocarburos volátiles (como los PM) emitidos por los motores de combustión con la luz del sol. Conocido por encontrarse en grandes cantidades en la famosa capa de ozono que se encuentra a 25.000 metros de altura, aunque a esa altura nos protege de los rayos ultravioleta (UV), a baja altura puede ser un contaminante muy peligroso debido a su alta toxicidad, ya que produce irritación e inflamación del sistema respiratorio, lo que produce a su vez menor capacidad respiratoria, ataques de asma, problemas cardiovasculares y mayor susceptibilidad a enfermedades respiratorias. Además, recientes estudios de la EPA en Estados Unidos y de la OMS y la Unión Europea han encontrado una relación causa-efecto entre mayores niveles de ozono y mayor probabilidad de muerte prematura. Es además uno de los gases que, junto al NOx, produce la famosa niebla que cubre las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, conocida como smog fotoquímico.
Todos estos contaminantes y muchos otros los emitimos cada vez que usamos un vehículo de combustión; en cambio, los vehículos eléctricos, cargados mediante energías renovables, nos aseguran un aire limpio, algo tan importante para nuestra salud como para nuestro entorno. ¿Nos ayudas a concienciar a la gente? ¡Comparte este artículo en las redes!
3 Comentarios. Dejar nuevo
Muy buen artículo.
Es increíble la cantidad de mierda que respiramos en las ciudades. Lo peor es que parece que a la mayoría de la gente le da igual.
La mayoría ni se plantea comprarse un coche eléctrico aunque tengan dinero y condiciones óptimas para ello, no les importa ir por ahí creando enfermedades al resto de la gente…
El gobierno tampoco hace mucho para impulsar el conocimiento y adquisición de coches eléctricos… Hay autobuses de la EMT y LARREA que apestan a diésel.
Un detalle: las PM10 tienen un diámetro la décima parte del de un cabello, pero las PM2,5 tienen un diámetro la cuadragésima parte del de un cabello (no la vigésimo quinta). Saludos
Hay un par de errores en la forma de redactar el artículo en cuanto a los NOx, SO2 y O3. Aunque en líneas generales es muy interesante.
En cuanto a los NOx, no es cierto cuando se dice que “se forma debido a la reacción del nitrógeno presente en combustibles fósiles como el carbón o el diésel”. El nitrógeno presente en los combustibles es mínimo, donde hay mucho nitrógeno es en el aire (un 70%), y este reacciona con el oxígeno presente en el mismo a altas temperaturas. Es decir, que si se calienta aire a 2000 grados y luego se enfría bruscamente, se obtienen óxidos de nitrógeno. La razón de que se obtengan más NOx en la combustión del ciclo Diésel es que se alcanzan temperaturas más altas (lo cual está relacionado con la eficiencia del ciclo). De hecho, nuevos motores de gasolina empiezan a producir más NOx por esta misma razón.
En cuanto al SO2, no “se produce de la misma forma que los NOx por la combustión incompleta o imperfecta de combustibles fósiles.” Se produce porque algunos combustibles fósiles tienen azufre, y éste al reaccionar con el oxígeno, produce óxido de azufre. La única forma de evitarlo es eliminarlo del combustible.
Y finalmente, respecto al O3, solo hacer notar que es un efecto de los anteriores (igual que puede ser la lluvia ácida) y que por los tubos de escape no sale ozono, éste se forma posteriormente (aunque debido a los contaminantes nombrados).
Y ya solo añadir, que en cualquier caso, pasarse al EV es una de las mejores formas de evitar todos estos contaminantes.