Aunque están aún lejos de los objetivos fijados por Bruselas en materia de emisión de CO2, los constructores de automóviles cuentan con varias herramientas para franquear el muro impuesto y evitar las multas millonarias de la Comisión Europea respecto a los objetivos de CO2 en el año 2020.
En uno de los vídeos que Saúl López cuelga en su canal de Youtube, ya advertía de las argucias que algunos constructores están llevando a cabo para eludir las posibles multas por sobrepasar los límites de emisión de gases a partir del año 2020.
El diario francés Les Échos acaba de publicar un interesante artículo que también analiza qué van a hacer los fabricantes de grandes marcas para no ser penalizados y seguir vendiendo automóviles de combustión. El número de ventas anuales será examinado con lupa para que el total de emisiones no sobrepase los 95 gramos de CO2 por kilómetro (norma NEDC), sabiendo que en 2018 alcanzaron, en su conjunto, los 120,4 gr/km.
Al menos en teoría, todos los constructores dicen que van a respetar los objetivos UE en 2020. Por ejemplo, el grupo PSA ha puesto en marcha una comisión de seguimiento presidida por el mismísimo gran jefe Carlos Tavares, cuyo portavoz precisa: “hemos puesto a punto un método de cálculo ultra-preciso que nos permitirá evaluar nuestras emisiones con una precisión de 0,1 gr.”.
Para alcanzar los objetivos fijados para el año próximo, se barajan al menos cinco medidas que la periodista Anne Feitz repasa en su artículo:
- Vender coches eléctricos a partir del 1º de enero.
Los vehículos eléctricos o híbridos enchufables son los que emiten menos de 50 gr/km, los más limpios, y en ellos han invertido los fabricantes miles de millones de euros para poder presentar a partir de enero una oferta atractiva. Ahora bien, habría que ver qué acogida tendrán los nuevos Volkswagen ID3, Peugeot e-208, Opel Corsa-e o Renault Zoe si tenemos en cuenta que el VE sólo representa un 3% del mercado. Algunos no podrán matricularse antes del nuevo año pero otros (Zoe) están ya rodando desde hace semanas. Habrá una auténtica batalla campal de precios con implantación de nuevas fórmulas de renting, incluso por debajo de los 200 € al mes. Algunas marcas, como Opel, impondrán una encarnizada campaña de primas a sus concesionarios basadas en la venta de unidades eléctricas.
- Encontrar clientes “cautivos”.
Si las previsiones de mercado no se cumplen, algunos fabricantes como VW, Audi, Seat o Skoda no dudarán en poner en marcha una campaña de ventas de eléctricos a buenos precios entre sus empleados. El grupo Volkswagen, con sus doce marcas, cuenta con unos 300.000 trabajadores sólo en Alemania. Ahora bien, tendrían que echar cuentas para encontrar un equilibrio entre la rentabilidad perdida por los descuentos ofrecidos y las multas ahorradas. Otra buena idea podría ser el incremento de la flota de coches compartidos (car-sharing), ya en marcha. BMW y Daimler cuentan ya con una flota de 20.000 vehículos (Servicio ShareNow, fusión de Car2go y DriveNow) y Volkswagen prevé lanzar una ofensiva en las principales ciudades europeas después de haber desplegado ya 1.500 unidades del e-Golf en Berlín. Renault y PSA se han comprometido también a hacer algo similar.
- Hacer más limpios los motores térmicos.
Algunos fabricantes ya han empezado a trabajar en motores térmicos menos golosos y por consiguiente menos contaminantes, como ha hecho Opel con su Astra de 3 cilindros y una nueva caja de cambios que emite un 21% menos de CO2 que su antecesor de 4 cilindros. Por su parte, Ford o BMW van a hibridar con 48 voltios a todos sus vehículos para conseguir una reducción del 10 al 15% en sus emisiones. Florent Grelier, de la ONG Transport & Environment, enumera otras formas de mejorar las emisiones de los motores convencionales, como la reducción del peso, la utilización de neumáticos menos resistentes al rodaje, el montaje de luces LED, la reducción de las revoluciones del motor (coasting) o incluso apagarlo cuando sea posible (cuesta abajo, por ejemplo).
- Hacer limpieza en sus catálogos.
Veremos tal vez cómo algunas marcas retirarán de sus concesionarios los vehículos más contaminantes, sobre todo a partir de 2021. Mercedes, por ejemplo, ya ha anunciado la supresión de su motor más potente, el V12 biturbo, Opel ha abandonado el Zafira, Adam y Karl y lo mismo ha hecho Ford con su Ka+, porque les sale muy caro adaptar esos modelos a la nueva normativa. Una decisión fácil de tomar sobre los citados modelos, poco vendidos, pero más complicada cuando se trata de aplicarla a los SUV tan de moda en estos momentos que, junto con los modelos deportivos tipo GTi, son los peores alumnos de la clase en cuanto a emisiones.
- Pactar con fabricantes más limpios.
Es la estrategia radical que ha adoptado Fiat Chrysler, que acaba de pactar con Tesla el pago de 1.800 millones de euros para beneficiarse de los créditos CO2 de Tesla en Europa durante tres meses. Mazda ha firmado un acuerdo similar con Toyota, bien situado gracias a sus híbridos. La práctica de estos acuerdos es aceptada por la UE, lo que hace rabiar a la competencia: “Pagar por tener derecho a contaminar…”, dicen algunos. Sin embargo, para los fabricantes menos contaminantes puede representar una buena recompensa.