

La movilidad eléctrica sostenible ayudará a combatir el cambio climático, pero hay medidas aún más efectivas y que muchos desconocen, como por ejemplo dejar de comer carne roja (es decir, carne de vacuno), o al menos disminuir drásticamente su consumo.

¿Qué impacto tiene el consumo de carne para el cambio climático?
Helen Harwatt es una investigadora especializada en nutrición ambiental, un campo enfocado al desarrollo de sistemas alimentarios que buscan el equilibrio entre la salud humana y la sostenibilidad. Hace poco, Harwatt y un equipo de científicos realizaron un estudio en Estados Unidos (que puedes consultar aquí) en el que calcularon los efectos que tendría un cambio de dieta por parte de los estadounidenses sustituyendo la carne de vacuno por legumbres (en concreto, por alubias). Este cambio en los hábitos alimentarios tendría un gran impacto en el medio ambiente: se podrían conseguir entre un 50 y un 75% de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se han fijado para el año 2020 en Estados Unidos. Si todos sus habitantes estuvieran dispuestos y pudieran hacer eso, los Estados Unidos podrían estar cerca de alcanzar sus metas de emisión de gases de efecto invernadero para 2020 con sólo cambiar la dieta de la población, sin cambiar nada de su infraestructura energética o de su sistema de transporte, e incluso si los estadounidenses siguen comiendo pollo, cerdo, huevos y queso.
Harwartt destaca que hay una verdadera falta de conciencia sobre el impacto que este tipo de cambio en los hábitos alimenticios puede tener. Una sustitución relativamente pequeña de un solo alimento podría ser el cambio más poderoso que una persona hace en términos de su impacto medioambiental durante toda su vida, más que sustituir el coche por un híbrido, y más que gestos como sustituir las bombillas de casa por luces LED, por citar sólo dos ejemplos.
Para entender por qué el impacto climático de la carne de vacuno por sí sola es tan grande, hay que tener en cuenta cómo se produce la carne. Básicamente se trata de criar animales para luego consumir su carne. Para criarlos hay que alimentarlos, y ésto se hace con piensos creados a partir de forrajes (la parte verde de las leguminosas, como garbanzos, alubias y lentejas) y de cereales (cebada, maíz, trigo, arroz, etc.).
Resumiendo y simplificando para que lo entienda hasta un niño de 4 años: cultivamos habas que serán comidas por las vacas, éstas convertirán las habas en carne, y los seres humanos comerán la carne. En el proceso, las vacas emitirán mucho metano, un potente gas de efecto invernadero (más potente que el CO2 que emiten nuestros coches y la industria energética). Parece una broma, pero sí, estamos hablando de que las vacas se tiran demasiados pedos cuando hacen la digestión. Y muchos pedos multiplicado por muchas vacas para alimentar a mucha gente que come excesivas cantidades de carne de vacuno… tenemos un problema.
En términos energéticos este proceso es muy ineficiente: las vacas consumirán muchas más calorías de las que producirán en carne, lo que significa que los seres humanos tendrán que talar muchos más árboles en los bosques para alimentar el ganado de lo que sería necesario si la gente se alimentase directamente de alubias. Mayor deforestación, todo sea dicho, que también empeora el proceso de cambio climático. Y este proceso ineficiente ocurre a escala planetaria. Según las Naciones Unidas, la ganadería es responsable de la mayor parte del uso mundial de tierras: los pastizales y tierras de cultivo dedicadas a la producción de alimentos para el ganado representan casi el 80 por ciento de todas las tierras agrícolas.

¿Hacia una dieta más vegetal para luchar contra el cambio climático?
A menudo nos preguntamos qué podemos hacer para ayudar a combatir el cambio climático y dejar un planeta mejor a nuestros hijos. Pues bien, Helen Harwartt nos deja aquí un elemento para la reflexión: “La verdadera belleza de este tipo de acciones reside en la sencillez de un pequeño gesto personal que supone un empoderamiento para los consumidores, al ver que pueden tener un impacto significativo haciendo algo tan simple como comer alubias en lugar de carne“. Y esta decisión no depende de los políticos ni de la puesta en marcha de políticas públicas que conlleven inversiones y obras para crear infraestructura. Es una decisión personal que se puede tomar hoy mismo y puede tener un impacto trascendental, además de suponer un ahorro considerable en tu cesta de la compra.
“Aunque no se reconoce actualmente como una opción de política climática, sustituir el consumo de carne de vacuno por verduras y vegetales ofrece una opción para mitigar significativamente el cambio climático, lo que ilustra el alto potencial de los desplazamientos de alimentos de los animales a los vegetales“, prosigue Harwartt.
No es necesario volverse vegetariano o vegano para alimentarse de manera responsable. Un pequeño cambio en los hábitos alimenticios, atacando el punto más sensible de la producción de alimentos en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, y sustituyendo la carne de vacuno por verduras y vegetales sin perder proteínas y calorías en nuestra alimentación está al alcance de todo el mundo y es más que deseable.
Os invitamos, por tanto, a reflexionar sobre esta cuestión. ¿Qué os parece?
2 Comentarios. Dejar nuevo
Las vacas no comen legumbres, comen forraje y mayoritariamente hierba. Por eso tienen el aparato digestivo especializado en sacar el máximo rendimiento de algo tan poco nutritivo. Los humanos no tenemos un aparato digestivo de un herbívoro y por ello somos omnívoros. Me parece una falacia ecologuay lo que cuenta Harwatt. No es necesario comer tanta carne como se hace en los países ricos, pero es una forma fácil de acceso a muchos elementos necesarios en nuestra dieta y no precisamente calorías.
Sobre los gases de las vacas ,oi en la radio que en australia para mejorar la calidad del aire y e C02,los granjeros cambiaron la alimentacion de las vacas , y ahora las vacas echan menos gases, parece que es cachondeo y no lo es,hacerlo en mas paises tampoco seria muy dificil y mejoraria la calidad del aire , e igual cuando vas al campo puede oler mejor,jjajaajaj