Se acabó lo de sudar para emular a Miguel Induráin o Alberto Contador en las empinadas subidas de pueblos y ciudades, rumbo a nuestros trabajos, recados, etc., y es que, con el aumento de los carriles bici en las ciudades, el mínimo mantenimiento que tienen y las ganas de realizar desplazamientos sostenibles al alcance de cualquier persona, la bicicleta eléctrica se ha convertido en una alternativa realmente interesante.
Aunque todavía nos queda mucho para superar a Copenhague, donde circulan más bicis que coches, aquí en nuestro país ciudades como Barcelona, Sevilla o Vitoria son pioneras en la promoción de medidas que disminuyan la congestión en nuestras calles favoreciendo “iniciativas verdes” de movilidad en bicicleta.
Como vemos en el gráfico siguiente, la relación entre la inversión necesaria y el coste de implementar estas infraestructuras, es óptima para la bicicleta. Sólo es más barato para un ayuntamiento promocionar que sus ciudadanos se desplacen andando. Por todo ello, sorprende que en el próximo plan de ayudas de movilidad alternativa del Gobierno (MOVALT) se haya excluido a la bicicleta eléctrica y, si nos vamos a Comunidades o entes locales, tan sólo vemos que sólo dos -el Ente Vasco de Energía (EVE) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB)- apoyan económicamente la compra de bicicletas eléctricas. Por poner un ejemplo; Barcelona da una subvención de 250€ para las bicis eléctricas que no superen los 1.350 euros en su precio de adquisición (hasta llegar a las 1.000 unidades vendidas).
Todos los expertos en materia de movilidad indican que en desplazamientos inferiores a 6 ó 7 Kms -la inmensa mayoría de los casos en nuestras ciudades-, la relación entre velocidad/rapidez y distancia recorrida da como resultado que la bicicleta es prácticamente imbatible. Existen numerosos simulacros en ciudades pequeñas y grandes donde los periodistas de una redacción realizan un mismo recorrido en diferentes medios de transporte y, si bien el tiempo real de desplazamiento es muy similar entre coches y bicicletas (los primeros en llegar a la meta) el problema de encontrar aparcamiento daba la definitiva ventaja a esta última. Yo mismo he hecho la prueba y tanto en ciudad grande (Barcelona) como en ciudad media/pequeña (Pamplona) he conseguido llegar mucho antes en bici que en coche a mi destino.
Con estos hechos, es normal que en 2016 las ventas de bicicletas eléctricas se hayan disparado a más de 40.000 en nuestro país, lo que supone un aumento del 60% respecto al año 2015. Para 2017 el aumento va a estar cercano al 50%, según datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE). Y es que, a pesar de la limitación normativa europea de 25 Kms/h (con una potencia inferior a 250W) para este tipo de transporte, vemos una enorme cantidad de modelos y posibilidades cuyas prestaciones en nada tienen que envidiar a las scooters urbanas.
No obstante, estas ventas siguen siendo testimoniales: de las 1.115.034 bicicletas vendidas en 2016, 491.271 fueron de montaña (un descenso del 4,1% respecto al año pasado) 387.960 fueron infantiles (leve descenso del 0,4%) 113.354 de paseo/ciudad (aumento del 5,2%), 82.181 de carretera (un aumento del 20,4%) y el resto, 40.268 fueron ELÉCTRICAS (espectacular aumento del 63,6%).
Esperemos que este nuevo hábito cómodo, saludable y sostenible siga esta tendencia alcista.
1 Comentario. Dejar nuevo
Gracias por los artículos de actualidad eléctrica, cada vez me gusta mas leerlos, son mas interesantes e informativos.
Enhorabuena.