Hace unos días, el diario germano Bild informaba a sus lectores de que Audi, la marca de vehículos de gama alta del Grupo Volkswagen, seguía fabricando vehículos con motores con el software ilegal por el que sufrieron el escándalo conocido como Dieselgate.
Según el periódico, la autoridad federal de tráfico en Alemania (KBA, Kraftfahrt-Bundesamt) habría encontrado “dispositivos fraudulentos” en los motores V6 TDI usados en los Audi A4, A5, A6, A7, A8, Q5 SQ5 plus y Q7. En total, unos 127.000 vehículos estarían afectados. Pero es que, además, estos vehículos habrían sido fabricados a partir de 2015, después de que el escándalo saliera a la luz.
Aunque en el anterior escándalo las autoridades alemanas se mostraron sospechosamente comprensibles, parece que la presión de la UE, que ya multó a Alemania -y a España- por no tomar medidas contra Volkswagen, habría surtido efecto, ya que KBA ha amenazado al fabricante de quitar la homologación de su último vehículo, el Audi A8.
Recordemos que estos “dispositivos fraudulentos” que se descubrieron en 2015 desactivan las medidas de reducción de gases contaminantes en tráfico real y los reactivan cuando detectan que el vehículo está siendo examinado en un banco de pruebas, permitiendo al fabricante así conseguir la homologación para sus vehículos y cumplir las directivas europeas sobre niveles de emisiones sobre el papel, mientras que en la vida real estos vehículos seguirían emitiendo contaminantes muy peligrosos tanto para el medio ambiente como para la salud, como ya repasamos en este otro artículo.
Y vosotros, ¿qué opináis sobre el Grupo Volkswagen? ¿Cuál creéis que tendría que ser la penalización impuesta a los fabricantes de estos dispositivos, viendo que las multas impuestas no han servido? ¿Creéis que habría que endurecer los controles? ¿Creéis que hay más marcas implicadas? ¡Compartid vuestra opinión! Los comentarios están abiertos a ello.