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De vacaciones en mi Leaf (segunda parte). Autonomía real

Comparativa 120-100 km/h

Comparativa de un viaje de 160 km a 120 km/h y 100 km/h

Lo prometido es deuda, y aquí os vengo a contar la segunda parte de mis vacaciones en mi Leaf. Esta vez, el trayecto por autopista lo hice a 100 km/h en lugar de a los 120 km/h de la otra vez, y lo bueno es que el trayecto fue el mismo. Las comparaciones son odiosas y tendré algún que otro detractor, pero comparativamente hablando… si vas de vacaciones con un eléctrico (y andas justo con la autonomía), vale más salir un cuarto de hora antes e ir más despacio por los problemas de la autonomía real del Nissan Leaf.
Por si hay alguien nuevo que no haya leído la entrada anterior, os pondré en antecedentes. Mis vacaciones las suelo pasar en Sanxenxo, en Pontevedra, y mi residencia habitual es en Narón (al lado de Ferrol), en A Coruña. La distancia entre los dos sitios es de 160 km. En la siguiente imagen podéis ver el trayecto aconsejado según Google Maps (que es el que hice en realidad), y para los que no conozcan la zona, aclararé que de los 160 km., casi 150 km son por autopista/autovía, con un total de 3 peajes y un desvío de la autopista a la autovía (lo comento por el tema de que la velocidad no es constante durante todo el trayecto).

Trayecto de Narón a Sanxenxo

Empezaré recordando también que la primera vez hice el trayecto a una velocidad de 120 km/h (configurando el pro-Pilot), y la vuelta desde Sanxenxo a Narón me consumió un 3 % menos de la batería; no es muy representativo, pero ahí está el dato. A la ida, los 160 km me consumieron un 91 % de la batería, y a la vuelta “sólo” un 88 %. Nos movemos en torno a un 56 % por cada 100 km que recorramos a 120 km/h. Como suelen decir los que llevan más tiempo analizando este tipo de datos de autonomía real, en coche eléctrico lo podemos calcular en 20 kWh/100km.
Personalmente estas medidas en kWh no me gustan porque no las puedo “ver” en el coche, por eso calculo mis consumos en función del porcentaje de la batería que gasto, que a eso sí que le puedo ir haciendo un seguimiento durante los viajes. Es más, si tuviera a mano una libreta y una calculadora me podía pasar los viajes haciendo estadísticas de consumo; a la DGT seguro que le haría gracia, pero (si me pillan) a mí me iban a quitar el gusto por la estadística.
Entonces, ¿qué pasa cuando planeamos un viaje para el que no nos dan las cuentas? Pues lo ideal sería parar en una estación de servicio y recargar las pilas, pero si vives en Galicia (o cualquier otra zona sin demasiada implantación de los vehículos eléctricos), replantea tu viaje. Por replantear, no me refiero a desistir, sino a buscar alternativas. Como curiosidad, aquí os dejo también el mapa de puntos de carga del trayecto, sacado de esta misma web, y con la ampliación de las tres estaciones de servicio de la autopista. Para que no haya dudas, la AP-9 no tiene ningún punto de recarga.

Puntos de recarga en la AP-9

Ahora vamos al meollo de la cuestión. ¿Tanto se nota la diferencia de velocidad en el viaje? Pues sí. Ya os dije lo que consumí a 120 km/h, el 91 % de la batería; sin embargo, al ir a 100 km/h el coche sólo me consumió un 77 %. Además, he de resaltar que durante más de la mitad del trayecto de este segundo viaje la hice con el aire acondicionado puesto (la primera vez a 120 km/h sólo llevaba la ventilación). En el viaje de vuelta, esta segunda vez me consumió practicamente lo mismo, un 76 %. Entonces, ¿qué consumo medio tuve ahora? Pues un 47,5 % por cada 100 km recorridos a 100 km/h.
Puede no parecer una gran cifra, pero este nuevo consumo me permite recorrer toda Galicia (siempre pensando en recargar en destino, claro está), con una diferencia de 20 minutos. Es decir, si recorro 200 km a 100 km/h en mi Leaf, llegaré 20 minutos más tarde que si fuese a 120 km/h, pero a 120 km/h no llegaría.

¿Es ésta la solución? ¿Ir más despacio para llegar a los destinos? Pues no, pero es una opción mientras no se consolide una red de puntos de carga como es debido. Creo que las administraciones deberían ponerse las pilas (no he podido evitar hacer el juego de palabras) y obligar a todas las estaciones de servicio de las autopistas a tener cargadores rápidos; aclaro, autopistas y no autovías, porque las primeras son de pago, y si pago tendré que poder exigir unos servicios, ¿no?
En las ciudades opino que el problema es “menos grave”; siempre acabaremos encontrando algún centro comercial/hotel/punto de carga público donde poner a recargar nuestro vehículo. En estos sitios, la carga rápida no es tan importante; mientras escribo este artículo, estoy aprovechando para recargar la batería en el centro comercial As Cancelas, en Santiago de Compostela, a una “velocidad” de un 16 % por hora. En tres horas aproximadamente el 50 %. Que sí, que es lento, pero si planeo mi viaje para parar a comer aquí, el tiempo de recarga ya no es tan llamativo.
Como curiosidad, también he de decir que esta parada en Santiago ha sido por culpa de José Manuel Aguado, y la “Quedada gallega” que organizó el pasado 26 de julio.

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