Que el motor de combustión está en el velatorio, pendiente de su destino final, es un hecho. Si bien muchos atribuyeron a los ICE (Internal Combustion Engine) un brillante protagonismo en el desarrollo del ser humano, lo cierto es que la infinita estupidez humana ha hipotecado con porquería este planeta en que todos y todas vivimos, en vez de promover un crecimiento sostenible, más acorde con acciones de seres “supuestamente sapiens”.
Vehiculos abandonados. Fuente: motorpasion
Quizás sea el peaje que tengamos que soportar por pasar de ser animales a creernos dioses de nuestro universo antropocéntrico. Ahora toca apechugar con nuestra prepotencia tecnológica.
“Evolucion” by “Comics Bocalista”
Pero ya no valen las lágrimas de cocodrilo ni los lamentos, el mal ya está hecho y toca corregir rumbo. Por mucho que se empeñen en reanimar los difuntos térmicos, proponiéndonos híbridos a gas (natural/licuado), biodiésel u otras mandangas con zumo de dinosaurio, ya no hay vuelta atrás. Más pronto que tarde los BEV se impondrán.
La transición es posible y, si fuimos lo suficientemente listos para dejar las locomotoras de vapor, que consumían toneladas de carbón, frente a los actuales trenes eléctricos, seguro que sabemos realizar la transición con el resto de transporte, ya sea terrestre, marítimo e incluso aéreo.
Si todos a coro cantan las maravillas que supone este cambio, no debemos olvidar que el reto no ha hecho más que empezar. Si el medio de alimentación más lógico, para el motor eléctrico, son las baterías, recordemos que sus celdas están en pañales y deben ir “creciendo” en eficiencia, durabilidad y prestaciones, sin olvidar que tarde o temprano, el cacareo de trabas al cobalto, tierras raras, obtención y reciclado del litio, etc. será superado por nuevas químicas y evoluciones que, además, la economía a escala se encargará de que sea rentable. Nuestro deber es que sea también sostenible.
Vehículo abandonado. Fuente: ruta 33blogspot
Así que, bienvenido el Motor Eléctrico, BEV y demás criaturas sostenibles a este mundo, y que descansen en paz todos los ICE. El BEV al bollo y el ICE al hoyo.
cementerio de ideas obsoletas
Llevemos al cementerio de ideas obsoletas la tendencia machacona que nos intentan inculcar desde ciertos sectores respecto a que no es posible un modelo de cambio sostenible con vehículos eléctricos. Se lo merecen nuestros hijos, por deber y responsabilidad. El duelo que deberemos realizar será llevadero cuando nos demos cuenta de las ventajas que conlleva el cambio.