El Renault Dauphine fue una pequeña y popular berlina diseñada por Ghia que Renault vendió entre los años 1956 y 1967. De motor y tracción traseros, a día de hoy todavía es recordado por su versión deportiva Gordini (apodado “el coche de la viudas”, pues su desequilibrado reparto de pesos lo hacía inestable en zonas de curvas). El Dauphine fue un superventas en todo el mundo, llegando a comercializarse en Estados Unidos. Es allí donde se crearon la mayoría de conversiones a eléctrico de este modelo.
Los Dauphine eléctricos
Gracias a su configuración todo atrás, con el motor colgando tras el eje posterior, el Dauphine se prestaba a todo tipo de transformaciones. Las más llamativas sin duda fueron las eléctricas, pues en los años 50 y 60 los coches a baterías eran realmente escasos.
Varios dueños particulares transformaron el pequeño Renault en un eléctrico con la limitada tecnología de la época, aunque varias empresas también se aventuraron a realizar la metamorfosis.
Destaca el Heifetz Electricar, un Dauphine eléctrico con 12 baterías de 12 voltios creado en 1967 para el violinista lituano Jascha Heifetz, un hombre concienciado con la contaminación décadas antes de que lo hiciera el resto de la población. Podía recorrer un máximo de 80 km por carga, y su velocidad punta era de 96 km/h.
También fue muy interesante el Yardney Electric, nacido en 1967 y provisto de cuatro baterías provenientes del mundo de la aviación, que le otorgaban una autonomía de casi 130 km. Desafortunadamente, la vida útil de estos packs era de apenas tres años. A día de hoy no se sabe si se construyó un solo prototipo o si por el contrario se llegó a vender alguna unidad al público.
Más destacado a nivel técnico fue el Mars I, un Dauphine prototipo creado por la empresa Battery Power Inc. de Nueva Orleans: era capaz de recorrer 193,5 km… ¡en 1966! Su velocidad punta era de 84 km/h, y se utilizó como base técnica para el Mars II, un Renault R10 eléctrico del que se produjeron 45 unidades entre 1967 y 1968.
El Dauphine de Bell Labs
En 2006 se encontró en los suburbios de Nueva York un viejo Dauphine eléctrico con más de 80.000 km, cuya carrocería databa de 1962. Su origen era desconocido, si bien se sabía que procede de Morristown, en Nueva Jersey. El coche fue importado a Francia, donde nadie fue capaz de hacerlo funcionar a causa de la complejidad de sus sistemas.
En 2010 se puso a la venta, siendo adquirido por un apasionado de los motores eléctricos. Gracias a los diagramas electrónicos que encontró en el coche, su nuevo dueño descubrió que era un prototipo creado por la empresa Bell Labs entre 1970 y 1971 con el objetivo de probar numerosos componentes. Eso explica la presencia de electrónica de alta gama e incluso de frenada regenerativa en un coche de principios de los años 70.
A día de hoy, este Dauphine se encuentra totalmente restaurado y en funcionamiento.
Henney Kilowatt
El “Henny” fue un coche eléctrico fabricado en Illinois que se basó en el Renault Dauphine y del que se vendieron 47 unidades entre 1959 y 1962. Tiene el honor de ser el primer coche eléctrico regulado por transistores, así como uno de los primeros intentos tras la Segunda Guerra Mundial de poner a la venta un eléctrico comercialmente viable.
Henney Motor Company era una empresa especializada en la creación de limusinas y ambulancias. Para la creación del Kilowatt, encargó a Renault entre 100 y 150 Dauphines desprovistos de motor. Una vez en Estados Unidos, los coches recibieron un motor eléctrico en posición delantera, mientras que las baterías ocuparon el espacio del vano motor original en la zona trasera.
35 unidades fueron adquiridas por la National Union Electric Corporation, y existieron dos versiones: la A, dotada de 12 baterías de 6 voltios (64 km de autonomía y 64 km/h de punta); y la B, con 14 baterías (80 km y 80 km/h).
Fuente | Dauphinomaniac
4 Comentarios. Dejar nuevo
Gracias por el artículo. Me ha resultado muy interesante, toda este recorrido eléctrico de un modelo de Renault tan veterano.
Me alegro de que lo hayas encontrado interesante, el domingo que viene hablaremos del GM EV1.
Jamás me hubiera imaginado que existía este coche. Sí en esa época hubieran seguido los fabricantes por esa línea, ahora estaríamos en otra dimensión.
Era un coche estructuralmente peligroso en su versión original. Para mi un paso atrás del Renault 4 cv.